* En los CERESOS hay 663 mujeres privadas de la libertad, el 80 por ciento son madres y 294 tienen hijos menores de edad.
Semanario Balún Canán/ MEXICALI BC (SBC).- La comisionada del Sistema Estatal Penitenciario, Ma. Elena Andrade Ramírez, señaló que los festejos del Día de la Madre en los Centros Penitenciarios del Estado iniciaron el viernes 6 y concluirán el martes 10 de mayo.
La funcionaria estatal señaló que en los Centros Penitenciarios se llevaron a cabo actividades para conmemorar a las mujeres privadas de la libertad, así como en las áreas varoniles, las personas privadas de la libertad tuvieron el festejo con sus madres.
La comisionada dijo que durante estos días, las muestras de cariño, amor y agradecimiento, perfumaron el ambiente de los Centros Penitenciarios y de los Centros de Internamiento para Adolescentes (CIA). No era para menos, apuntó, pues la figura de la madre representa entrega hasta el sacrificio propiciado por el amor incondicional hacia los hijos.
Así, entre las actividades realizadas por las personas privadas de la libertad, y adolescentes en conflicto con la Ley, hacia sus respectivas madres, fue la entrega de rosas de papel que ellos mismos elaboraron con ingenio artístico, para agasajar al ser más especial e importante que les cuidó y sigue junto a ellos en su vida.
La música fue interpretada en vivo por la Rondalla del Centro Penitenciario y por los adolescentes en conflicto con la Ley de Ensenada; grabada a través del sonido en los demás Centros Penitenciarios y CIAs del Estado, con lo que alegraron el día de visita y el festejo del Día de las Madres.
En los Centros Penitenciarios de Baja California se encuentran 663 mujeres privadas de la libertad, de ellas el 80 por ciento tiene hijos y 294 tienen hijos menores de edad.
Andrade Ramírez, enfatizó que las autoridades apoyan sus sueños y proyectos siempre con la idea firme de que alcancen la libertad y la reinserción social como personas útiles para la sociedad. El trabajo conlleva vigilar el cumplimiento de los derechos humanos y una vida digna, tal como lo ordena la Ley Nacional de Ejecución Penal.