* Por Fernanda López
Semanario Balún Canán/ Tijuana BC (SBC).- A poco más de una semana de la desaparición de la joven Debanhi Escobar, su cuerpo fue encontrado sin vida en una cisterna junto al Motel “Nueva Castilla” ubicado en Monterrey.
Su familia, sus vecinos y una veintena de voluntarios habían realizado una búsqueda exhaustiva, sin ningún éxito.
La voz quebrada de su padre, Mario Escobar, resume la situación de muchas víctimas: “No puedo estar en mi casa si no está mi hija”.
La búsqueda de esta joven de 18 años se ha hecho viral en las redes sociales, convirtiéndose en el último grito de una sociedad conmocionada.
En la ultima foto podemos ver a Debanhi con un top blanco, una falda café y unos converse negros.
Está oscuro y ella espera con los brazos cruzados al margen de la calzada.
La última imagen de la joven es un signo de interrogación para todos y una herida abierta para sus padres. Ahí estaba Debnhi Escobar a la cinco de la mañana, pero por qué ahí.
La información de su caso ronda por todas las plataformas digitales, al igual que la de miles de mujeres y niñas que no regresan.
Después del hallazgo de este viernes por la madrugada la sociedad está conmocionada y ante el aumento de desapariciones y la movilización por el caso de Debanhi Escobar, el gobernador de Nuevo León, Samuel García, solo informó sobre la creación de un grupo especial que consta de 200 elementos que serán coordinados por la Fiscalía General del Estado.
Pero, ¿qué se hace con la incertidumbre y el peligro? el Estado no responde con claridad.
Para poder frenar el horror es necesario primero entenderlo y al día de hoy ni las autoridades pertinentes están entendiendo el constante cambio en la violencia contra las mujeres.
El feminismo nos abrió los ojos hace años al poner sobre la mesa el hecho de que los agresores con frecuencia se encuentran dentro de casa, ahora nos toca comprender la vulnerabilidad de las mujeres frente a un entorno machista que se rehúsa al cambio, además del aumento brutal en sus agresiones.
Debemos actuar ahora porque de no hacerlo el problema seguirá evolucionando. Hoy perdimos a Debanhi, pero seguimos buscando a todas las que nos faltan. Ni una menos.