Unos 350 migrantes irregulares de un grupo de mil 200 consiguieron alcanzar Melilla, la ciudad española enclavada en Marruecos, en el segundo asalto multitudinario a la frontera en 24 horas.
“Sobre las 07:25 horas locales, tras superar a los efectivos de las fuerzas de seguridad marroquíes, ha comenzado el salto a la valla”, informó la delegación del Gobierno español en Melilla en un comunicado.
“Se estima que han entrado a la ciudad unos 350”, de los mil 200 que lo intentaron, añadió.
“Los migrantes han desplegado suma violencia, lanzando piedras, y usando garfios y palos contra las Fuerzas de Seguridad”, continúa el comunicado de la delegación, que anunció que un centenar de policías iban a sumarse a la vigilancia de la frontera.
Cincuenta miembros de las fuerzas del orden resultaron heridos entre el miércoles y el jueves, según la delegación.
Asimismo, unos 30 migrantes resultaron heridos el miércoles, tres o cuatro de ellos de gravedad, según la Asociación marroquí de derechos humanos (AMDH), y otros 32 ayer, según la delegación.
Del lado marroquí, la situación estaba tranquila en la pequeña ciudad de Beni Ansar, fronteriza con el enclave español de Melilla.
En la carretera de 15 km a lo largo de la valla fronteriza, no se observó la presencia de migrantes.
“Suelen alejarse en los bosques de las colinas cercanas”, dijo un miembro de la AMDH.
El miércoles, unos dos mil 500 emigrantes irregulares asaltaron la alta verja y 500 consiguieron franquearla, en lo que constituyó el intento más numeroso desde julio de 2018, cuando lo lograron 600.
“Llevábamos muchos meses sin que se produjeran este tipo de saltos”, lamentó en una entrevista en la televisión La Sexta el ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, asegurando que los intentos recientes se habían repelido “con la colaboración de las autoridades marroquíes”.