El Papa Francisco pidió a los 14 nuevos cardenales que hoy consagró, entre ellos al mexicano Sergio Obeso Rivera no permitir “que las discusiones estériles y autorreferenciales ganen espacio en el seno de la comunidad”.
En el quinto consorcio cardenalicio de su pontificado celebrado en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, Francisco les preguntó a los purpurados “¿De qué sirve ganar el mundo entero si se está corroído por dentro? ¿De qué sirve ganar el mundo entero si se vive atrapado en intrigas asfixiantes que secan y vuelven estéril el corazón y la misión?
Dijo que hay encrucijadas de la existencia que “nos interpelan y logran sacar a la luz búsquedas y deseos no siempre transparentes del corazón humano”.
Se refirió en este marco a los celos, envidias, intrigas, arreglos y acomodos. Una lógica, dijo, “que no sólo carcome y corroe desde dentro las relaciones entre ellos, sino que además los encierra y enreda en discusiones inútiles y poco relevantes”.
El papa Francisco les dijo a los cardenales no sentirse superior a nadie. “Ningunos de nosotros debe mirar a los demás por sobre el hombro, desde arriba. Únicamente nos es licito mirar a una persona desde arriba hacia abajo, cuando la ayudamos a levantarse”.
Después pidió servir a Cristo en el pueblo fiel de Dios, a que atiendan al hambriento, a pensar en el olvidado, en el encarcelado, en el enfermo, en el tóxico-dependiente, en el abandonado, en personas concretas con sus historias y esperanzas, con sus ilusiones y desilusiones, sus dolores y heridas. “Sólo así, la autoridad del pastor tendrá sabor a Evangelio, y no será como un metal que resuena o un címbalo que aturde”.
En su cuenta de Twitter, Francisco escribió: “Recemos por los nuevos cardenales, para que me ayuden en mi ministerio de Obispo de Roma por el bien de todo el Pueblo de Dios”.
Entre los nuevos cardenales está el mexicano Sergio Obeso Rivera, quien es arzobispo emérito de Xalapa, con 86 años y debido a su edad, no puede ser votante en un cónclave. El ministro religioso ha sido, durante 28 años, arzobispo de Xalapa. El 18 de noviembre de 1982, fue elegido presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano por dos periodos y en 1995, fue elegido por tercera vez.