TIJUANA BC (SBC).- Los dueños de vehículos que circulan en el país tienen la responsabilidad legal de mantenerlos en buen estado y respetar los límites máximos de emisiones contaminantes, de allí la importancia de los centros de verificación vehicular, que son el instrumento para medir las emisiones y cumplir con la ley.
Así lo destacó el ingeniero José Carmelo Zavala Álvarez, titular de la Subsecretaría de Desarrollo Sustentable (SDS) del Estado, afirmando que el anterior programa de verificación vehicular, que duró 10 años, fue un instrumento mal utilizado y con un espíritu recaudatorio, pero la nueva versión, que está por lanzarse, sí cumplirá con la normatividad.
“La Norma Oficial Mexicana 041 Semarnat 2015 marca los límites máximos permisibles de emisión de gases contaminantes provenientes del escape de los vehículos automotores en circulación que usan gasolina como combustible, señala los máximos que puede emitir de hidrocarburos, monóxido de carbono, oxígeno y óxido de nitrógeno”, detalló.
Esta NOM, explicó, es de observancia obligatoria para el propietario o legal poseedor de los vehículos automotores que circulan en el país o hayan sido importados definitivamente, que usan gasolina como combustible, así como para los responsables de los Centros de Verificación y en su caso Unidades de Verificación Vehicular.
En entrevista con el Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA), José Carmelo Zavala explicó que la NOM establece como únicas excepciones a los vehículos con peso bruto menor de 400 kilogramos, motocicletas y tractores agrícolas, así como la maquinaria dedicada a las industrias de la construcción y de la minería.
“¿Cómo sabe el dueño de un auto que está cumpliendo su obligación de solo contaminar lo permitido? Acudiendo a un centro de verificación a medir las emisiones y ese verificentro tiene la obligación de cumplir con el método analítico y el equipo para una medición correcta; eso no sucedía, los verificentros no cumplían con esta y otras normas oficiales”, sostuvo.
Como los verificentros no eran confiables, consideró Zavala Álvarez, nos volvemos omisos o hacemos como que cumplimos, entonces nos pasamos unos años así, el verificentro como que medía y la autoridad como que vigilaba, y el responsable del carro, el dueño, como que cumplía, esto es lo que ha sucedido y ya no debe ser así.
“No debe ser así porque la calidad del aire impacta a la salud; la Organización Mundial de la Salud y muchas instituciones confiables alertan de los efectos nocivos de la mala calidad del aire; no solo cuesta vidas humanas, que es lo más lamentable, sino que consume recursos del sector salud y limita a las empresas, por enfermedades y días perdidos”, opinó.
Informó que, tras un monitoreo de indicadores del año 2010, en 2013 el Instituto Mexicano para la Competitividad presentó los costos generados por la mala calidad del aire en las 34 ciudades más grandes del país, lo que conlleva la exposición a enfermedades respiratorias, cardiovasculares, infecciones respiratorias agudas, asma y padecimientos del corazón.
“Mexicali era una de las 3 ciudades más afectadas, con 283 muertes, 697 hospitalizaciones y 28 mil 472 consultas en 2010; las pérdidas de productividad por los impactos de la contaminación sumaban 186 millones 993 mil 431 pesos y los gastos de salud 30 millones 118 mil 64 pesos; el total, 217 millones 111 mil 495 pesos, era 4.3 veces más de lo que gastó el IMSS en el 2010 en medicinas en Baja California”, recordó.
Enfatizó que, con esta pandemia, los datos preliminares indican que la mortalidad causada por el coronavirus es 20 por ciento mayor en las ciudades donde hay peor calidad del aire, lo que significa que la contaminación vuelve más vulnerables a las personas, como lo hacen las comorbilidades, de diabetes o hipertensión, que fueron todavía más graves.
Hoy es el tiempo, reafirmó el titular de la SDS, de empezar a hacer lo correcto, de aprender de la crisis y de los errores que se cometieron en el anterior programa y los antiguos verificentros durante 10 años, aprender de esa experiencia local para superarla, para tener mejores sistemas de medición, más modernos y con una mejor supervisión.
“Este programa de verificación debe llegar con más énfasis a las flotillas de uso intensivo, las unidades de transporte público, de empresas y los del propio gobierno, flotillas que en promedio pueden circular hasta 20 horas diarias y descansar 4, porque los autos particulares solo suelen circular, en promedio, unas horas al día y pasar 20 estacionados”, dijo.
En Baja California, consideró, donde tenemos ciudades con una gran necesidad de movilidad y enfrentamos diversos retos en materia de desarrollo urbano, ya es tiempo de empezar a hacer lo que es correcto y asumir la responsabilidad que tenemos como dueños de un vehículo, porque mejorar la calidad del aire es mejorar la salud pública.
Agregó que la verificación vehicular es esencial en Baja California, sobre todo por los autos más viejos y ese segmento no regularizado, sin placas siquiera, así como por los carros con placas vigentes de California, pero que viven en Tijuana y también tendrían que cumplir con esta verificación, a menos que existiera una equivalencia con el Smog Check de California.
Recordó que la Ley de Protección al Ambiente de Baja California, en su artículo 117, prohíbe la circulación de automotores que emitan contaminantes, cuyos niveles de emisión a la atmósfera rebasen los máximos permisibles establecidos en las normas aplicables, mientras que el 118 obliga a los propietarios o poseedores de vehículos a cumplir con la verificación.
“Deberán someter sus unidades a la verificación de emisores contaminantes en los centros de verificación, dentro del periodo que le corresponda en los términos del Programa de Verificación Vehicular y obtener la constancia de verificación de emisores en la que se señale que se cumple con los límites máximos permisibles que establezca dicho Programa, las normas oficiales mexicanas y demás aplicables, y revalidarla anualmente”, citó.