Estados Unidos ampliará el procesamiento de solicitudes de asilo del programa “Quédate en México” a casos cerrados o desestimados por la administración de Donald Trump, lo que abre la posibilidad de que miles de migrantes tengan una nueva oportunidad de recibir protección humanitaria, confirmó el Departamento de Seguridad Nacional, DHS por sus siglas en inglés.
La nueva medida se pondrá en marcha este miércoles y forma parte de un “esfuerzo continuo para restaurar el procesamiento seguro, ordenado y humano” de solicitantes de asilo en la frontera con México, explicó DHS en un breve mensaje.
Beneficiará a personas con casos “que fueron dados por terminados o fueron desestimados in absentia”, es decir, que se cerraron porque los migrantes no se presentaron a las audiencias.
No está claro cuántas personas podrán beneficiarse de esta nueva medida para esperar su proceso de asilo en territorio estadounidense pero, como mínimo, unas 10 mil, estimó Michele Klein Solomon, directora regional de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Centroamérica, Norteamérica y el Caribe, una de las agencias de la ONU que colabora en este proceso.
Esta estimación puede quedarse corta porque hay cerca de siete mil casos casos denegados -sobre todo en San Diego- y más de 32 mil fueron desestimados -la gran mayoría en Texas-, según el centro de investigación Transactional Records Access Clearinghouse de la universidad de Siracusa. No se sabe cuántos casos fueron rechazados porque los migrantes no se presentaron ante la corte.
Tampoco está claro dónde están esas personas, pero la mayoría podría haber vuelto a sus países de origen.