Las dos ciudades más grandes de la India impusieron restricciones severas al movimiento y una de ellas planeaba usar hoteles y salas de banquetes para brindar atención a pacientes de coronavirus, en momentos en que el número de nuevas infecciones rebasó el jueves los 200 mil contagios en medio de un devastador repunte que está causando graves problemas en un frágil sistema de salud.
El marcado aumento de casos y muertes se produce apenas meses después que la India pensó que había pasado la peor parte de la pandemia, y ha obligado al país a demorar la exportación de vacunas. India es un importante productor de vacunas para el COVID-19 y el cambio de su énfasis para enfocarse en satisfacer la demanda local ha pesado considerablemente en las gestiones globales para combatir la pandemia.
Nueva Delhi anunció órdenes de confinamiento para el fin de semana, aunque los trabajadores esenciales podrán desplazarse con permiso de las autoridades locales. Los restaurantes, centros comerciales, gimnasios y spas estarán cerrados. Las salas de cine cerrarán los fines de semana, pero pueden operar entre semana a una tercera parte de su capacidad.
En tanto, se impusieron medidas similares en el estado de Maharashtra, el más afectado y donde se ubica el centro financiero de Mumbai. El bullicio de la ciudad se redujo considerablemente luego que las autoridades ordenaron el cierre de la mayoría de las industrias, negocios y lugares públicos el miércoles por la noche e impusieron límites al desplazamiento de personas por 15 días. Sin embargo, aún se permiten los traslados en tren o avión. Decenas de otras ciudades en India también han impuesto toques de queda nocturnos.