El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, se encamina a su reelección pese a la profunda crisis del país, tras unos comicios con modesta afluencia, boicoteados por la oposición y desconocidos por gran parte de la comunidad internacional.
La jornada transcurrió en tranquilidad y con una participación menor a los 20.5 millones de venezolanos llamados a las urnas. Analistas estiman que una alta abstención favorecerá a Maduro por el voto duro chavista que ronda el 25 por ciento.
Líderes de la oposición dijeron que la escasa asistencia a las urnas evidenciaba que los venezolanos acataron el llamado a la abstención debido a que la contienda, según sus argumentos, favorecería al actual presidente Nicolás Maduro, quien a pesar de la compleja crisis económica y los cuestionamientos locales e internacionales figuraba como el favorito para obtener el triunfo.
“Hoy es un día histórico electoral”, afirmó el mandatario, vestido con camisa roja, tras votar. Maduro acusó a Estados Unidos de promover una “campaña feroz” para afectar los comicios presidenciales y dijo que, pese a esas acciones, “no pudieron” detener la consulta. El presidente también desestimó las afirmaciones de más de una veintena de gobiernos de que no reconocerán los resultados electorales.
Oposición llama desconocer resultados
La oposición venezolana, que boicoteó las elecciones presidenciales, pidió a los dos principales rivales del mandatario Nicolás Maduro “desconocer” los resultados de los comicios por considerarlos un “fraude”.
“Que los candidatos que se han presentado ante este proceso den un paso adelante y no reconozcan un resultado que ya está cocinado”, instó Víctor Márquez a nombre del Frente Amplio, plataforma que agrupa a los principales partidos opositores y organizaciones civiles.
El diputado Juan Andrés Mejía, miembro de esa alianza, pidió a los dos principales adversarios de Maduro, el ex gobernador Henri Falcón y el pastor evangélico Javier Bertucci, que se unan al Frente Amplio para “exigir juntos elecciones libres y democráticas”.
Falcón y Bertucci se inscribieron a contracorriente de la coalición de partidos Mesa de la Unidad Democrática, parte del Frente Amplio, que llamó a la abstención.