TIJUANA BC (SBC).- Las compras hechas por el gobierno estatal y los ayuntamientos en Baja California deberían basarse en el ciclo de vida de los productos y no en un precio bajo, como ocurre normalmente en las licitaciones, recalcó el ingeniero José Carmelo Zavala Álvarez, titular de la Subsecretaría de Desarrollo Sustentable del Estado.
En entrevista para el Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA), el subsecretario indicó que el ciclo de vida de los productos debería ser el criterio base de compra para todos los ciudadanos, pero especialmente tratándose de las compras que realiza cada gobierno con recursos públicos, en lugar de darle mayor importancia al precio más bajo.
Enfatizó que si esto fuera el criterio base para elegir qué productos se compran, el gobierno, con su gran inversión, ayudaría a construir un ecosistema que favorezca el desarrollo de empresas con productos más amigables al medio ambiente, y no se hubieran comprado, por ejemplo, camiones a diesel para el Sistema Integral de Transporte de Tijuana (SITT).
“Se compraron 50 camiones a diesel para el SITT, porque los que usaban gas natural salían 30% más caros, pero si se considera el ciclo de vida, los diez años promedio de vida útil, la decisión correcta era comprarlos a gas natural, porque su operación cuesta la mitad; utilizan un combustible que es más barato que el diesel y que contamina menos”, ejemplificó.
Zavala Álvarez destacó que tomar como criterio base el ciclo de vida implica sacar la cuenta completa, tomando en cuenta los impactos ambientales del producto, tanto las materias primas que se utilizaron, como el tiempo de vida útil que tenga, por lo que otro buen ejemplo es el llamado asfalto silencioso, que es más rentable que el asfalto tradicional.
“Aunque el asfalto costara 15% más caro que el asfalto tradicional, si se hace la cuenta completa, resultaría más rentable, porque el asfalto hecho con llanta molida dura más tiempo y necesita menos mantenimiento; además, es más resistente a la dilatación en lugares fríos y calientes, de modo que no se fractura tan fácil y se desgasta menos”, explicó.
Otro caso es el mobiliario urbano que usa material reciclado, añadió el subsecretario, antes decíamos que los productos iban de la cuna a la tumba, porque al final se confinaban o enterraban en alguna parte, pero hoy queremos que el ciclo sea de la cuna a la cuna para que, al dejar de ser útiles, sus materiales puedan reciclarse y se reutilicen en algo más.
“Los gobiernos invierten en la construcción y renta de edificios, compran carros y equipos electrónicos diversos, los gobiernos tienen una capacidad de compra gigantesca; nosotros creemos que con ella pueden moldear o favorecer la construcción de mercados verdes para detonar el desarrollo de más negocios y productos amigables con el medio ambiente”, opinó.
Hoy, continuó, estamos buscando que las flotillas de transporte público sean convertidas a gas natural y que las rutas más transitadas sean rutas de bajas emisiones, con vehículos que sean a gas natural y, eventualmente, eléctricos; aunque la movilidad eléctrica podría tardar décadas, quizás hacia el 2030, por ahora el gas natural es ya una buena opción.
“No queremos que la competitividad o rentabilidad de las empresas se apoye en degradar o en depredar el capital natural del ecosistema, del hábitat donde vivimos, ya tenemos mucha presión sobre las cuencas hidrológicas y las cuencas aéreas con nuestras grandes ciudades en Tijuana, Mexicali y Ensenada, necesitamos pensar en el largo plazo”, recalcó.
Recordó que teóricos importantes ya han advertido que es una locura apostarle a un crecimiento infinito en un mundo que es finito, por lo que en vez de enfatizar la producción, debe mejorarse la distribución, a través de un modelo de economía circular con equidad, incluyente, que no solo sea un distribuidor de productos y servicios, sino de bienestar.
“Estamos a cinco años de los Acuerdos de París y nos damos cuenta de que no hemos logrado los objetivos y el reto sigue creciendo, la Organización de Naciones Unidas está haciendo un llamado a que tomemos con una mayor seriedad los sistemas de producción, consumo y distribución”, comentó el subsecretario.
Aclaró que lograr productos duraderos enfrenta serios obstáculos, puesto que la industria, apoyándose en los avances tecnológicos, suele imponer a los productos una obsolescencia programada, lo que implica producir más para ofrecer siempre algo nuevo o actualizado y solo la pandemia logró obligar a que la industria pausara o desacelerara su crecimiento.
“Los fabricantes presionan para reducir la durabilidad de los productos y seguir produciendo; hay obsolescencia programada en los teléfonos, ya tienen el nuevo modelo que te van a vender dentro de 3 años; sucede también en los carros, en la moda, en la construcción de casas, siempre ofrecen nuevos materiales o sistemas y venden algo más actualizado”, dijo.
Es un paradigma, finalizó, que no es fácil de discutir con los economistas y desarrolladores, pero esto contradice los límites de carga de los ecosistemas, por lo que necesitamos reflejar esto en una ley estatal de economía circular como la que estamos preparando desde el gobierno de Baja California, con apoyo de los diputados del Congreso del Estado.