Juan Alfonso Ojeda Reyes
Semanario Balún Canán/ TIJUANA, B.C.,(SBC).– La Secretaría de Salud del Estado informó que esta semana, del 2 al 8 de noviembre, seguimos en semáforo naranja, pero actúan inflexibles contra los negocios que no cumplan las normas sanitarias, y no permitirán tampoco la reapertura de negocios no esenciales.
No es para menos, pues lo sucedido la noche del 31 de octubre, en la que cientos, o miles de personas, se concentraron en la Avenida Revolución, para celebrar el Halloween, definitivamente prendió los “focos rojos”… la población que se cuida, quienes procuramos andar con mucho cuidado para no infectarnos de covid19, pegamos el grito en el cielo, de pavor… ¡vaya que el 31 de octubre sí fue de terror!
Se percibió un acto de irresponsabilidad colectiva, de personas inconscientes, o, mejor dicho, con una actitud “valemadrista”, que no respetaron ni el uso de cubre bocas ni la sana distancia, y, por supuesto, no respetan la vida de los demás.
Si nos preciamos de ser buenos cristianos, no solo no festejamos el Halloween, una tradición de oscuras y malévolas raíces, también debemos respetar la vida de los demás, y la nuestra… “Ama a tu prójimo como a ti mismo”, significa que ni vamos a perjudicarnos nosotros mismos, ni exponer a los demás.
Sin Cortapisas
Un Primer Informe hueco de Bonilla
El pasado domingo primero de noviembre rindió su Primer Informe de labores Jaime Bonilla Valdez, el “desgobernante”, como le califica el perredista Jaime Martínez Veloz; y en efecto, fue un mensaje hueco de obras y acciones concretas; pero, irónicamente, aunque en el terreno de los hechos, hubo pocas nueces, sí hizo muchos ruidos.
Bonilla Valdez afirma que ha cumplido 93 de 100 compromisos firmados, pero, al margen de que nos llevaría varias publicaciones analizarlas si las cumplió o no, a ojo de buen cubero se puede decir que, no ha realizado grandes obras:
Lo de los desayunos escolares calientes duraron poco, no solamente por el escándalo de los “moches”, una investigación con resultados que siguen pendientes, también dejaron de darse debido a las contingencias por el covid19.
Lo de la caseta de cuota de Playas de Tijuana fue un acto mal encaminado, pues, no debió hacerse como lo hizo: emitió un decreto que le correspondía al gobierno federal hacerlo, pero, en su actitud de pequeño rey de la península, recibió la sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), invalidando su decreto.
Luego, pese a un acuerdo con la SCT, hasta septiembre los residentes vecinos de Playas de Tijuana seguían teniendo problemas para que les respetaran el no cobro de cuota.
Como antes se indicó, podemos hacer libros enteros demostrando que hubo pocas nueces, pero, eso sí, muchos ruidos; la mayoría, ruidos desagradables de ocurrencias y enfrentamientos con los otros poderes, así como una manipulación vergonzosa del Poder Legislativo, intromisiones en el Poder Judicial, y enfrentamientos contra Alcaldes, de Tijuana y de Tecate.
Por cierto, que en el Primer Informe no estuvo presente la alcaldesa de Tecate, Zulema Adams; y de Tijuana, estuvo la alcaldesa Karla Ruiz MacFarland, debido a que ésta es hija del Fiscal General de Justicia del Estado, Guillermo Ruiz Hernández; pero si Arturo González no hubiera pedido licencia (para buscar una candidatura), tampoco habría asistido al Primer desinforme de Jaime Bonilla.
Bartlett podía haber ayudado a Trump
Para finalizar, aunque no nos guste, dependemos de mucho de Estados Unidos, y, la pasada jornada electoral para definir nuevo Presidente de ese país nos importa.
Los resultados hasta estos momentos arrojados tienen todavía a muchos comiéndose las uñas de los dedos de las manos. Todo parece indicar que Donald Trump no repetirá como gobernante de la primera potencia mundial, pero, se advierte mucho de que se cayó el sistema, y, en eso es experto el actual director nacional de la CFE, Manuel Barttlet, quien podía haber ayudado a Trump. Lo cierto es que, tanta frustración sintió el “pelos de elote” que, salió con un síndrome lopezobradurista, exigiendo voto por voto, casilla por casilla.
A ver en qué resulta todo eso, pues nos van a llevar de corbata en sus cambios, los gobernantes estadunidenses.
Nos leemos a la próxima.