México requiere una explosión en educación superior: Jesús Ruiz Barraza

TIJUANA BC (SBC).- México requiere una explosión en educación superior, señaló el maestro Jesús Ruiz Barraza, Rector de la Universidad de Tijuana CUT, al precisar que el país enfrenta un rezago histórico en materia educativa y la nueva Ley General de Educación, que propone importantes cambios, “se queda corta”.

“Estamos rezagados respecto a América Latina, nos supera con creces Argentina, Perú, Colombia, Brasil”, sostuvo el Rector del CUT durante su participación en el Seminario Virtual Políticas de Educación, Cobertura e Innovación, espacio de reflexión que se ofreció en Vida Universitaria con estudiantes de la Licenciatura en Ciencias de la Educación.

Expuso que, en la exposición de motivos de la iniciativa de Ley, plantea el avance desde 1980 “pero debemos irnos a 1970”, sostuvo el maestro Jesús Ruiz Barraza porque en ese año el cinco por ciento de los jóvenes en edad de estudiar la universidad tenían esa oportunidad y se produjo una explosión del 118 por ciento en ese periodo presidencial. Se creó la última gran universidad pública, que es la Universidad Autónoma Metropolitana misma que en un estudio reciente rebasó a la UNAM y al Tecnológico de Monterrey.

“Se le dio un gran impulso a la descentralización de la educación con la creación de una gran cantidad de tecnológicos regionales y agrícolas, lo que produjo un cambio fundamental”, explicó el también historiador al resaltar que en 1980 se mide el crecimiento del 11.5 por ciento de cobertura que dejó el sexenio 70-76, registra un ligero incremento que supera el 14 por ciento y desde entonces a la fecha el aumento es del 39.7 por ciento.

En este sentido, dijo, “el que ha fallado es el Estado” porque la iniciativa privada en educación ha registrado un crecimiento del 12.1 por ciento, contra un 4 por ciento del sector público en esa misma época”.

Si la educación pública hubiera crecido cómo lo hizo la educación privada, a la fecha se tendrían 9 millones 507 mil estudiantes en educación, lo que nos tendría arriba del parámetro de los Objetivos para el Desarrollo Sostenible (ODS), que es del 72 por ciento.

“No veo que esta ley sienta las bases para producir una explosión de la matrícula como se requiere para alcanzar los niveles que marca la ODS”, enfatizó el Rector de la Universidad de Tijuana al sostener que la nueva ley plantea ventajas, pero no contempla las condiciones para que haya un aumento considerable de la matrícula.

Mencionó que la Universidad Benito Juárez es una buena propuesta del Presidente Andrés Manuel López Obrador, pero tiene limitaciones porque no plantea una solución a fondo. “Es una buena propuesta, es un buen esfuerzo del Presidente, es una idea de llegar a las clases más desfavorecidas, igual lo de las becas, pero no veo que la nueva ley vaya a traer un crecimiento rápido de la matrícula en educación superior”.

Al referirse al nivel de Bachillerato, dijo que su implementación del Bachillerato es defectuosa, al precisar que el bachillerato tiene la función no sólo de darle los conocimientos y los saberes adecuados a los estudiantes, sino también acompáñalos en su desarrollo emocional, en su crecimiento y, por ello, se fue a tres años con el acuerdo de ANUIES, lo que dio extraordinarios resultados al introducir el área de capacitación para el empleo. Ahora se ha recurrido al bachillerato en dos años, con clases en tres horas en tres días a la semana, y les venden la idea de una educación en línea sin contar con las herramientas para la educación a distancia. Egresan entonces estudiantes que no pueden continuar su formación en educación superior.

“Es hora de que se revise a foto el tema de la formación de los futuros profesionistas en México, que se aborde con mucha valentía el gran reto que significa dotar al país del capital humano fundamental y tan necesario para que México salga adelante en los próximos años”, finalizó el maestro Jesús Ruiz Barraza.

Rodrigo Guerra Botello

Para el ingeniero Rodrigo Guerra Botello, Secretario General de FIMPES (Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de Educación Superior), la iniciativa de la Ley General de Educación, actualmente estacionada en el Senado, promueve cobertura y equidad. Sin embargo, requiere fortalecer opciones de empleo para los egresados; además de presupuestos ante los efectos que se derivan no sólo de los estragos que arroje la pandemia, sino del mismo rezago educativo que se mantiene en México.

Las universidades públicas aun cuando están exentas del pago de colegiaturas, de todas maneras, tienen una serie de pagos que contribuyen a su estructura financiera, esto significa -explicó el ingeniero Guerra- que al extender la gratuidad perderían alrededor de 16 mil millones de pesos de sus ingresos.

En lo que a cobertura se refiere, mencionó que la educación superior escolarizada es del 39 por ciento y para llegar al 50 por ciento que establece los ODS, significar agregar alrededor de 1.3 millones de jóvenes más a las universidades. Esta meta no parece estar respaldada por una serie de acciones necesarias para que ello pueda suceder.

Por un lado, los recursos son administrados de tal manera que no hay suficientes para que este crecimiento se logre. La educación particular, según las últimas estadísticas de la Secretaría de Educación Pública, representan el 36.2 por ciento de toda la matrícula. “Así que todavía falta un largo camino y una serie de condiciones para que avancemos en la cobertura”, sostuvo.

Un punto que destacó el Secretario General de FIMPES, fue que, del 39 por ciento de la cobertura total, se gradúan al año 600 mil jóvenes de Licenciaturas, pero la economía mexicana no está creando los empleos para atender esa oferta profesional.

La nueva ley, expuso, contempla la creación de un Consejo Nacional de la Coordinación de la Educación Superior que establecería las direcciones y los ejes de esta; incluso el Estado a través de las autoridades educativas serán responsables de desarrollar los alcances por subsistema educativo, pero en este Consejo no se incluye la participación del sector productivo.

Guerra Botello subrayó que la educación superior en México ya enfrentaba grandes retos desde antes de la pandemia que se afronta a nivel mundial. “El mundo de los negocios, los mercados, la tecnología, la innovación se mueve a velocidades muy por encima de lo que la academia y la normatividad nos permite avanzar”.

En este sentido, el concepto de RVOE es un instrumento de servicio que en otros tiempos era eficiente, pero en la actualidad se ha convertido en “una camisa de fuerza” para las universidades por lo que habría que buscar otra alternativa para cumplir con los objetivos de vigilancia, seriedad y ética en estas instituciones de educación superior.

Otro asunto complicado es la administración de las becas que, por cierto, en algunos estados del país, se les exige a las universidades privadas más del cinco por ciento que establece la Ley General de Educación, por lo que en algunos estados son obligadas a otorgar el ocho por ciento.

Explicó que en México hay 2 mil 200 universidades privadas lo que representa alrededor de 30 mil RVOES, distribuidos entre 400 planteles ubicados en 170 ciudades, lo que se vuelve inmanejable. El cinco por ciento de la asignación de becas se concentra en las carreras más conocidas, de mayor matrícula y en las ciudades más grandes. Si se quisiera impulsar nuevas carreras a través de estas becas no se podría porque se deben quedar en el lugar donde están radicados los RVOES.

“No vemos instrumentos de cómo hacer crecer ni para vincular al sector educativo” sostuvo el ingeniero Rodrigo Guerra tras precisar que resulta preocupante que teniendo un país con tanto desempleo o subempleo profesional y con intención de incrementar hasta en un 50 por ciento la cobertura, no se cuentan con los mecanismos o las políticas públicas para generar empleos profesionales, por lo que considera fundamental articular este tema con el sector productivo.

Así, dijo, el reto más importante que enfrenta México en educación superior es la pertinencia, es decir, “lo que eduquemos sirva para los propósitos y las metas que tiene no sólo el estado mexicano sino individualmente las familias y los jóvenes que la estudian. Y en este sentido tenemos que cerrar las brechas que tenemos con el mundo real”, finalizó.

Diana Cruz

Por su cuenta, la maestra Diana Cruz, consultora empresarial, planteó una propuesta en la que combina la innovación empresarial y el emprendimiento para mujeres desempleadas, estudiantes, egresadas, amas de casa, madres solteras en situación de riesgo y vulnerabilidad.

Además, durante la pandemia, surgen servicios muy tradicionales como iniciativas viables de empleo que le facilitan a la mujer un sustento económico, promueven la inclusión familiar, comunitaria y empresarial con el aprovechamiento de las tecnologías y las redes sociales.

En su participación, la maestra Cruz comentó que en el sector productivo es donde mayormente se detecta un difícil en el aspecto educativo. Con 20 años de experiencia en el mercado de la construcción, resaltó que es el sector industrial el que realiza importantes aportaciones a la economía del país, pero también enfrenta un déficit en los grados académicos.

“Observamos un crecimiento importante de la educación privada contra un estancamiento de la educación pública”, sostuvo. Esto se debe a que las propuestas normativas son limitadas sobre todo en lo que a atención de las clases menos favorecidas. “La ley no trae un crecimiento rápido, tampoco incluye otros puntos como el desarrollo emocional de los alumnos, de los egresados ni del contexto social”.

Diana Cruz cuestionó si estos egresados son realmente el perfil que necesita el sector productivo, considerando la falta de mercado laboral; además, son pocos los egresados que tienen la posibilidad de tener un empleo duradero y sobre todo bien remunerado. Así, la frustración y el desencanto son características que enfrentan estos jóvenes profesionistas porque no encuentran lo que siempre pensaron que obtendrían de una carrera universitaria.

“Hoy en día el egresado tiene más apertura para crear sus propios ingresos, sus propias empresas”, señalo la consultora empresarial en innovación educativa y emprendimiento, al precisar que en este momento de pandemia hay una gran creatividad sobre todo en las mujeres para salir adelante y sobrellevar todas estas actividades extra, en las que se requiere poca o nula inversión.

Comentarios y conclusiones

El doctor José María Ramos, profesor-investigador del Colef, resaltó, por un lado, la interpretación del ingeniero Rodrigo Guerra quien dio cuenta del contexto, los problemas y los retos que representa la iniciativa de Ley en materia de educación superior. Hizo una revisión crítica y acertada sobre los desafíos de cómo la ley debería fortalecer una serie de temas que, con la experiencia y la visión que tiene del ingeniero Guerra, destacó la necesidad de fortalecer los temas tanto de la oferta como la demanda, la formación de egresados en educación pública y privada, que al salir al mercado laboral encuentren empleos bien remunerados. Esto implica un gran reto y desafíos que se agudizarán con los estragos que empieza a arrojar la pandemia.

Por su parte, la maestra Diana Cruz complementa este análisis del ingeniero Rodrigo Guerra, al destacar la necesidad de fortalecer las habilidades y competencia en materia de desarrollo gerencial, como una medida alternativas para que los propios egresados, generen nuevas opciones laborales con el marco legal necesario que les permita llevar a cabo este tipo de emprendimiento y, con ello, exista una vinculación entre lo que se propone desde la educación con los temas de economía nacional.

Después de la participación del doctor Ramos, el Rector de la Universidad de Tijuana procedió a la clausura del Seminario Virtual, agradeciendo las aportaciones hechas por los invitados especiales con lo que se contribuye en la formación crítica y reflexiva de la comunidad estudiantil del CUT.

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