* Fundamental la ingesta de fibra, frutas, verduras y cereales.
* Ejercicio produce una mejora en la movilidad intestinal.
* Causa dolor abdominal, gases y periodos de estreñimiento.
TECATE, B. C. (SBC).-El colon irritable, cuya denominación más exacta es síndrome del intestino irritable (SII) altera la calidad de vida de quienes lo padecen por ser un trastorno funcional digestivo común en la población mexicana. Representa uno de los principales motivos de visita al médico familiar, aseguró el doctor José Luis García Arcadia, director del Hospital General de Subzona (HGSZ) número 6 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Tecate.
Explicó que el SII es un trastorno que se caracteriza por dolor abdominal y cambios en el ritmo intestinal, principalmente; aunque no causa lesiones, alteraciones morfológicas o infecciones, afecta fuertemente el ausentismo escolar y laboral, además disminuye la productividad debido a los síntomas.
Ocurre a cualquier edad, pero regularmente comienza en la adolescencia o a principios de la vida adulta; una de cada seis personas tiene síntomas de este padecimiento; dolor y distensión abdominal, moco en las deposiciones y gases, también pueden alternar entre estreñimiento y diarrea.
Eventualmente los síntomas empeoran durante semanas o un mes y luego disminuyen durante algún tiempo, lo que provoca automedicación y la postergación de solicitud de atención médica.
Puntualizó que los cambios en el estilo de vida son útiles; realizar ejercicio regular y mejor los hábitos de sueño para reducir la ansiedad son altamente recomendables; además, mantener una alimentación adecuada ayuda a prevenir futuros problemas de colon irritable.
Aconsejó reducir grasas en la comida y que sean ricas en proteínas y fibras. De igual manera, el agua también ayuda a reducir la irritación si se bebe al menos dos litros al día, ya que además de prevenir el estreñimiento, facilita el movimiento del bolo alimenticio.
García Arcadia exhortó a evitar el tabaco y alimentos o bebidas que estimulen los intestinos, como la cafeína, el alcohol, el té y los refrescos; también incluir frutos y verduras como colación; sobretodo prescindir de la automedicación y acudir con su médico familiar para recibir tratamiento adecuado y oportuno.