* Es el sector más afectado por los efectos de las altas tasas de impuestos y uno de los de mayor aportación al PIB y el más vulnerable a las afectaciones de los estragos del COVID-19
Tijuana B.C. (SBC).- El sector gastronómico tiene una de las mayores aportaciones al PIB, confirmado por INEGI como el que mayor empleo y auto empleo genera en el país, pero también es de los más afectados en esta crisis, pero no únicamente por ellakk, sino por un cúmulo de factores que para entenderdelos debemos crear un poco de contexto.
Actualmente nuestra nación produce 24 mil 670 billones de pesos de manera anual, de los cuales únicamente se recauda un 13% a través de los ingresos tributarios, sosteniendo una deuda contraída por nuestros gobernantes que representa el 45% de nuestra producción total, manifestó Pedro Castañeda Romero.
El encargado de impuestos en la firma Caza Consultores, señaló que de acuerdo al CONEVAL del total de nuestra población 44.5% se encuentra en situación de pobreza; 21.1% rezagada en educación, y que sólo un 22% tiene estudios superiores (INEGI, 2016).
Se refirió a otras cifras como las de la desigualdad que dijo es grande y que el 47% de la población se sitúa en esas condiciones siendo principalmente las mujeres y los pueblos indígenas los más afectados; en cuanto a la seguridad, agregó que un 42% de la población afirma sentirse insegura (Better life index, 2018); la corrupción es alta y un 68% de la población la percibe; el índice global de impunidad indica que el 75.7% de los casos no son resueltos(índice global de impunidad,2018) problemáticas a las cuales nuestros gobernantes deben hacer frente.
Estras cifras, añadió, son lamentables y angustiantes que generan descontento en la población, así como una percepción de injusticia por el posible mal uso de sus contribuciones lo que conlleva a una negativa de pagar impuestos, fenómeno que da origen a algo que podemos llamar “mala cultura tributaria”.
“Es muy común encontrarte contribuyentes quejándose de los altos impuestos, insinuando que son un robo, preguntándose porqué pagar tan altos impuestos, que son injustos y sólo contribuyen al despilfarro de sus gobernantes.
Los niveles de pobreza, desigualdad, corrupción e impunidad únicamente confirman que los altos impuestos no han logrado su objetivo y únicamente han ocasionado una de las informalidades más altas a nivel internacional (52%, OCDE). Trayendo como consecuencia esa una pobre recaudación tributaria del 13% del PIB.”, declaró.
Pedro Castañeda, indicó que como consecuencia de la baja en los ingresos petroleros, a diferencia de los 80´s, actualmente se tiene una mayor necesidad de aumentar la recaudación para poder hacer frente a las problemáticas que enfrenta la nación. Y que para este año se pretende seguir con la misma tendencia de recaudar aun más ingresos tributarios, con la diferencia de que este año sera sin aumentar impuestos.
Al responder a la pregunta de ¿cómo se logrará este objetivo?, opinó que muy probablemente a base de medios intimidantes como correos electrónicos, requerimientos, cartas, buzón tributario, cancelación de sellos o penas de cárcel.
Mencionó que las altas tasas impositivas generan el efecto contrario a un incremento en la recaudación, los impuestos inciden en los precios, provocan un aumento en los costos de insumos y servicios, y lo único que se logra es una tendencia a la informalidad, esto de acuerdo a la curva de Laffer.
“Actualmente no somos competitivos fiscalmente, a la inversión extranjera la ahuyentamos con nuestras tasas y a nuestra inversión nacional con sobre reglamentación, corrupción, altos costos en seguridad social y desventajas con sus competidores informales que manejan mayores márgenes de utilidad, los terminamos ahorcando, hurtándoles la poca ganancia que generan, orillandolos a la informalidad, informalidad que de acuerdo a la OCDE puede ser incluso no declarar la totalidad de los ingresos.
Debemos implementar sistemas fiscales atractivos para la inversión, que como consecuencia inmediata sea la creación de más y mejores empleos, provocar un crecimiento que logre contrarrestar la tendencia negativa que ya se tenía desde antes del COVID-19”, expresó.
Estas elevadas tasas, apuntó, afecta al crecimiento del sector gastronómico en la región de Baja California, que por su ubicación geográfica es el de mayor derrama en la región, al ser un estado fronterizo, una ciudad denominada “de paso”, su economía se base en gran medida por el turismo, derrama económica que posiciona al sector gastronómico como uno de los más representativos de la región.
Comentó que disminuir la tasa de ISR para este sector contribuiría en apoyar a la economía local y al microempresario debido a que tendrá mayores márgenes de utilidad en épocas difíciles como la que actualmente estamos presentado. Además de más utilidad al generar una mayor capacidad de gasto o reinversión que se transforma en mayor inyección de dinero a la economía de un país, y que ésta inyección será un ingreso para otros contribuyentes que terminarán pagando impuestos que retornará en gasto público.
“Nadie cambia de la noche a la mañana sin motivación alguna, la autoridad debe incitar a un cambio en la cultura tributaria del mexicano, incentivarlos a la formalidad, a contribuir, a demostrar que sus impuestos están beneficiando a la nación, a la fecha de hoy no existe acción clara que busque atacar este problema, problema que la misma OCDE comunico al gobierno en distintas ocasiones”, concluyó.