Dos de las cuatro secciones del Mural efímero, que José Luis Cuevas (1931-2017) creó en 1967, figuran como piezas estelares de la Subasta de Arte Latinoamericano que este jueves 18 de junio, a las 19 horas, la casa Morton Subastas efectuará a puerta cerrada, sin compradores presentes físicamente. Es decir, habrá un subastador en vivo que dirige la venta, y el personal mínimo que recibe ofertas en ausencia, telefónicas o por Internet. El par de fragmentos está evaluado en un millón y medio a dos millones de pesos.
El Mural efímero estaba compuesto por un autorretrato del artista en el que aparece moviendo la mano que sostiene un instrumento de trabajo, un letrero dice el apellido Cuevas; a un lado se representó como jugador de futbol americano. Luego una serie de personajes prefiguran la hecatombe nuclear que Cuevas decidió integrar, ya que la obra se estrenó la misma semana en que Israel se enfrentó con Egipto, Jordania, Irak y Siria.
De esta composición, lo que estará a la venta son las primeras dos partes. Autorretrato moviendo la mano mide 216 por 180 centímetros, mientras que el jugador con el balón de futbol americano, 410 por 306 centímetros. Son obras mixtas hechas sobre masonite.
Para Constanza Infante, adscrita al Departamento de Arte Moderno y Contemporáneo de Morton Subastas, el Mural efímero es una pieza clave para entender el movimiento de la Generación de la Ruptura. Atribuye la obra a dos momentos: primero, a un programa de televisión que Cuevas vio en Nueva York, al llegar a su hotel tras la exitosa apertura de una exposición suya. Una actriz cómica interpretaba a una secretaria que tenía aspiraciones de ser famosa y se le ocurrió invertir sus ahorros en el alquiler de un espectacular con su fotografía en la Quinta Avenida. A Cuevas “se le prendió el foco y dijo, quiero hacer una obra que todo el mundo pueda ver”.
El segundo momento sería una entrevista televisiva, en la que David Alfaro Siqueiros decía en Cuernavaca estar trabajando en unos nuevos murales de formato muy grande por encargo de Manuel Suárez, impulsor del Poliforum Cultural Siqueiros. Además, por los materiales que usaría, los murales serían para toda la eternidad. A Cuevas, cuyas ideas eran antagónicas a las del muralista, le pareció muy soberbia la declaración de Siqueiros, entonces decidió crear algo efímero, una pieza que sólo duraría un mes.
Primero, Cuevas pensó en hacerlo en Estados Unidos, sin embargo al platicar el proyecto con muchas personas, entre ellos el periodista Jacobo Zabludovsky, gran impulsor del Mural efímero, decidió hacerlo en una terraza de una casa en la Zona Rosa el 8 de junio de 1967.
Las dos piezas que serán subastas vienen de una colección privada aunque originalmente Cuevas las había regalado a Zabludovsky que las guardó muchos años. Se desconoce la ubicación del resto del mural.