EU supera las 80 mil muertes por COVID-19

Las muertes por el coronavirus en Estados Unidos superaron los 80 mil fallecimientos, según un recuento difundido este lunes por la Universidad Johns Hopkins, en un momento en que el país es desde hace varias semanas el que ha registrado el mayor número de casos fatales.

Estados Unidos no logra contener la epidemia, con más de 1.3 millones de casos confirmados. El estado de Nueva York fue durante varias semanas el gran foco de la crisis y hasta ahora se han registrado ahí más de 26 mil muertos.

Este balance podría estar subestimado, advirtieron este lunes los Centros para la Prevención de Enfermedades Infecciosas (CDC).

El balance nacional de más de 50 mil muertos fue alcanzado hace dos semanas y media, el 24 de abril.

Este fin de semana, por primera vez el balance diario de muertes fue menor a mil, con 776 casos fatales recopilados el domingo en las últimas 24 horas por la Universidad Johns Hopkins.

Sin embargo, todavía es pronto como para dilucidar si estos datos marcan realmente una tendencia, en un momento en que comienzan a aparecer nuevos focos importantes, como el que se está desarrollando en torno a la capital, Washington.

Según un modelo de la universidad de Massachusetts, para el próximo 30 de mayo, Estados Unidos va a alcanzar un total de 103 mil muertos por la pandemia.

El COVID-19 en la Casa Blanca

Mientras el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, impulsa la reactivación de la economía golpeada por la pandemia del coronavirus, la propia Casa Blanca lucha contra un brote en su interior.

Y frenar un virus altamente contagioso no es una tarea sencilla en el Ala Oeste, epicentro del poder estadounidense, donde el distanciamiento social aconsejado para evitar contagios es, de hecho, muy difícil de aplicar.

En los últimos días, dos miembros del personal de la Casa Blanca dieron positivo.

Pero el lunes, horas antes de una conferencia de prensa en los jardines de la Casa Blanca, Trump no hizo referencia al tema, ansioso por proyectar a toda costa, e irresponsablemente según sus detractores, la imagen de un país que superó el COVID-19 y reinicia sus actividades.

“Las cifras del coronavirus están MUCHO mejores, bajando en casi en todas partes. ¡Se ha hecho un enorme progreso!”, tuiteó Trump, entre dos ataques contra los medios de comunicación “enemigos del pueblo”, y contra su predecesor, el demócrata Barack Obama, quien según el mandatario está en el corazón de un rotundo “Obamagate” del que no ha dado ningún elemento tangible.

Pence no está en cuarentena

El nuevo coronavirus hizo su aparición oficial en la Casa Blanca hace unos días: Katie Miller, la portavoz de Pence y esposa de Stephen Miller, asesor cercano de Trump, dio positivo. Un edecán del presidente también.

Tres integrantes de la célula de crisis del Ejecutivo estadounidense para afrontar la pandemia decidieron autoaislarse por precaución: Anthony Fauci, el epidemiólogo de renombre mundial que se ha distinguido en la lucha contra muchos virus, desde el sida hasta el Ébola; Robert Redfield, el director de los Centros para la Prevención de Enfermedades Infecciosas (CDC), y Stephen Hahn, el jefe de la agencia reguladora de medicamentos, FDA.

En un memorando interno publicado el lunes, la Casa Blanca pidió a todos los que trabajan en el Ala Oeste que usen tapabocas al ingresar y al trabajar en el edificio, a menos que estén en su escritorio.

Durante las “sesiones informativas” en la sala de prensa, todos los periodistas, cuya temperatura se toma sistemáticamente antes de ingresar a la Casa Blanca, hacen sus preguntas con tapabocas.

A diferencia de muchos líderes mundiales, Trump ha optado por no ponerse uno, incluso durante una visita la semana pasada a una planta de fabricación de equipos de protección médica en Phoenix (Arizona).

Pence no participó en una reunión en la Casa Blanca el sábado con Trump y la jerarquía militar. Pero estuvo en el Ala Oeste el lunes.

“El vicepresidente Pence continuará siguiendo los consejos de la unidad médica de la Casa Blanca y no está en cuarentena”, dijo su portavoz.

Estados Unidos es, con mucho, el país más afectado del mundo por el nuevo coronavirus, con más de 79 mil muertes. Y si bien la situación está mejorando lentamente en Nueva York, el principal brote estadounidense, la epidemia no logra desacelerarse a nivel nacional.

Para Obama, la situación es clara: la gestión por parte de la Casa Blanca es un “desastre caótico absoluto”.

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