Por: César del Pardo Escalante
Hermosillo, Sonora. (SBC).- Escribir sobre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) no es un asunto fácil; si hablar de Hugo Chávez, de Evo, es complicado, imaginemos hablar de un ejército rebelde cuya esencia reside en cuestionar la propiedad privada; el capitalismo pues.
Desde que nació las FARC han pasado muchas cosas, (inspirado en la revolución cubana y está a la vez por el paradigma marxista cuya máxima expresión fue la Revolución de octubre dirigida por Lenin Y Trotsky); se cayó el Muro de Berlín y una generación formada en el programa socialista voló en mil pedazos; las profecías de Trotsky en la Revolución traicionada se quedaron cortas; no solo volvió el capitalismo, sino que esa generación quedó arrodillada, desaparecieron partidos obreros, cuyos militantes algunos llegaron incluso al suicidio; alguien en Monterrey, México, pinto en las paredes de su cuarto “!Viva Solidaridad, viva el socialismo¡”.
En medio de esta tragedia, las FARC resistieron y se mantuvieron; así pasaron los años, las décadas y los ciclos de la Revolución permanente, del neoliberalismo, de la socialdemocracia y hoy ese “asesino metafísico” diría el comandante Márquez viene convertido en una hidra capitalista enloquecida que no acepta ni siquiera gobiernos de corte socialdemócrata, y de ahí su furia por descabezar la dirección de las FARC.
El gobierno del presidente Santos está cometiendo graves errores para quedar bien con los guerreristas de siempre, los intervencionistas; Jesús Santrich; quiera o no el gobierno de Santos y el gobierno estadounidense; demostró vocación por la paz, fue uno de los más importantes negociadores, en el entendido que los resultados de los acuerdos motivarían nuevas negociaciones cuyo objetivo era no interrumpir el proceso total de paz.
Santos debió preocuparse en darle certeza y seguridad al proceso de paz; pisotearlo con la detención de Jesús Santrich es volver al campo de batalla donde ninguno de los involucrados podrá tener un voto de confianza y cuyo estado de ánimo llevaría años en generar esa confianza; eso sería lo menos que podría pasar.
¿Qué los participantes entraran en crisis? sin duda, pero si bien las FARC empiezan a dar signos de fisuras, sería una ingenuidad pensar que el aparato de estado no se encuentra en una situación similar; la crisis del proceso de paz, en efecto, tendrá escisiones, pero también fusiones y sin duda los grupos rebeldes se relanzarán yseran mas compactos.
El comandante de las FARC, Iván Márquez, presumió en Noriega que “no podrán ser derrotadas (las FARC) por bombarderos y tecnologías ni planes por muy sonoros y variados que sean sus denominaciones; la guerra de guerrillas móviles es una táctica invencible”; sin duda el Plan Colombia fue derrotado y se tendría que reconocer que en el terreno militar las FARC nunca fueron derrotadas.
Colombia no podrá sostener otra guerra; su gasto militar en es de los más altos del mundo en proporción su Producto Interno Bruto (PIB) alcanzando el 6.4% cuando hace 20 años era del 2.2%, estamos hablando de cifras del 2012 cuando empezaron las negociaciones de paz.
Mario Benedetti decía que Estados Unidos era muy bueno para detectar aviones de guerra pero no aviones con drogas ¿vale la pena fracasar un proceso de paz por este falso justiciero?
En México debemos movilizarnos por la libertad del comandante Jesús Santrich, la repatriación de Simón Trinidad y la libertad de los 600 combatientes de las FARC; su libertad es el precio de la paz y la soberanía.