* El actor recurrió al género de cabaret, que facilita la interacción con el público, para formular una severa crítica a la cultura machista.
TIJUANA, B.C (SBC).- Una dura crítica a la cultura machista en forma de comedia, aderezada con música popular mexicana, es la propuesta que el actor Gonzalo García González llevó a escena en “La Mama, Cabaret”, el pasado fin de semana en la Sala de Espectáculos del Centro Cultural Tijuana, organismo de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México.
Con un monologo desafiante, Garcia González personificó a María, personaje de los altares, pero dotándolo de características mundanas que le permiten abordar temas vigentes de una manera lúdica, con una singular y dinámica interacción con el público.
Irreverente e irónico, el espectáculo presentado por la compañía tijuanense Teatro en el Incendio desmitifica al personaje, para colocar a María en una dimensión de defensora de los derechos de la mujer y la principal combatiente del machismo, gracias en buena medida a la astucia y agilidad del actor, quien hace gala de su habilidad para la improvisación.
Acompañado por Alfredo Fernando Prudencio en el bajo, Fernando David Rodríguez Álvarez en la batería, José Antonio Michel Madera en el acordeón y Juan Carlos Villanueva Santillán en el bajo sexto, este cuarteto interpreta versiones del cancionero popular mexicano, con letras arregladas por Gonzalo García para contextualizar esta puesta en escena en el México actual y descalificar al machismo.
María comienza contando la historia de su vida y revelando el problema que la aflige desde hace miles de años, cifrado en el hecho de que el mundo ha sido gobernado por los hombres; convencida de que las mujeres harían un mejor trabajo en este campo, la protagonista presenta su plan ante el público: convertirse en la contraparte femenina de la máxima autoridad del catolicismo, el Papa, en este caso la Mama.
Desde su postulación como la Mama, María plantea incluir a todos en el mismo sentir y mostrar las distintas facetas del machismo que vuelve víctimas a los demás; procede entonces a usar sus poderes celestiales para convertir en mujeres a todos los asistentes en la sala, sin importar su género, y a partir de ese momento pasó a referirse a toda la audiencia en femenino, es decir, como “mis hijas”, método que le facilitó hablar más claramente de los problemas que ocasiona la mentalidad machista.
Gonzalo García comenzó a escribir esta obra en el 2013 al toparse con el género de cabaret, mismo que decidió utilizar para llevar a escena la cultura machista en México, tema que al igual que a muchos le afectaba de manera directa y porque lo consideró su responsabilidad como artista.
“No sabía cómo tratar el tema, me parecía que podría generar algún rechazo, hasta que conocí el género cabaret, el cual es comedia, es sátira, y pensé que tal vez de esta manera podía transmitir el mensaje entre diversiones y risas”, reveló Gonzalo García, quien es egresado de la licenciatura en Teatro de la UABC.
“Mi objetivo es que las mujeres que vean la obra se vayan con un sentimiento de empoderamiento, y hacerle sentir a los hombres que no pasa nada si les hablo en femenino y los incluyo en este mensaje que muestra un lado del sometimiento que impone el machismo”, aseguró el actor en breve entrevista.