* Se trata de la académica y crítica de arte Carmen Hernández, de origen chileno naturalizada venezolana, quien ofrece una curaduría que trascienda el canon pictórico.
TIJUANA, B.C (SBC).- La Trienal de Tijuana I: Internacional Pictórica cuenta ya con una curadora de carácter internacional; se trata de la académica y crítica de arte Carmen Hernández, exdirectora del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, quien aceptó la invitación extendida por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Centro Cultural Tijuana.
Lanzada en diciembre de 2019, la convocatoria a la Trienal Tijuana I, idea original del maestro Álvaro Blancarte, amplió su cierre de inscripción hasta el 31 de mayo de este año.
Tras agradecer la invitación a participar como curadora, Hernández considera a la Trienal de Tijuana I como “una importante iniciativa sobre la redimensión de lo pictórico como forma de conocimiento sensible y simbólico que estimulará nuevas perspectivas en el campo de la producción, interpretación y valoración del arte contemporáneo en el escenario local e internacional”.
La curadora de origen chileno naturalizada venezolana ofrece “sus aportes al campo reflexivo sobre el poder cognitivo que hoy en día brinda la imagen artística pictórica, conformada por códigos visuales de raigambre histórica y expuestos a los diversos imaginarios contextuales”.
Tras admitir que esta labor representa el reto de establecer categorizaciones provisionales sobre este fenómeno de signo abierto, la curadora sudamericana apunta que las reflexiones en torno a la Trienal Tijuana I “deberían contribuir a interpretar lo estético desde otros posicionamientos, sobre todo desde Tijuana, un contexto fronterizo proclive a las experimentaciones pictóricas y a la problematización de sus valores culturales”.
Basada en su experiencia como curadora, docente y crítica de arte, la cual está marcada, según reconoce, por la duda hacia los determinismos y el cuestionamiento de las formaciones de poder en lo cultural y en el arte (desde las teorías de género y de las representaciones sociales), y con el objetivo de reconocer las diversas mediaciones que afectan la comprensión y valoración de las mutaciones de la experiencia estética, Hernández sostiene que “hoy en día el arte representa una forma de conocimiento sobre el cuerpo y la subjetividad, el contexto y lo social, además de la historiografía y las leyes artísticas”.
Al mismo tiempo pone en duda la supuesta autonomía del sistema moderno del arte, a través de la interpretación de diversos imaginarios que representan visiones híbridas, críticas y propositivas, que también incluyen el sentido lúdico como contradiscurso del productivismo que domina en la sociedad de consumo.
En su carta de aceptación, la curadora de arte consigna que “la necesidad de reconocer la pluralidad de lo pictórico obedece a un sentido reconciliatorio con la capacidad comunicativa, productora de sentido, disruptiva, procesual y dinámica de esa imagen que ha transitado históricamente diversas rutas. Es así como lo pictórico hoy en día dialoga con imaginarios colectivos y reflexiona sobre el contexto más allá de la mera representación apariencial, estimulando otras lecturas fuera de las fórmulas fijas heredadas del androcentrismo, contribuyendo a imaginar otros sistemas de organización del conocimiento y del poder”.
Y propone “revisar la noción de lo pictórico más allá de la herencia academicista que ha constreñido a la pintura a la noción de ‘cuadro’, permite reconocerlo hoy en día como un constructo visual histórico expuesto a las transformaciones de su tiempo. Como campo interpretativo lo pictórico nos resulta polifónico, dialógico, disruptivo e incluso, lúdico”.
Al hacer explícito su compromiso con la curaduría de la Trienal de Tijuana: I Internacional Pictórica, Hernández acepta “el reto de visibilizar las nuevas rutas por las cuales transita hoy lo pictórico desde un sentido connotativo más que perceptual y aportar así elementos de análisis para impulsar otra historia del arte más enfocada en la mirada como capital simbólico construido por múltiples imaginarios. Esto ha sido reconocido por el Comité organizador cuando concibe la trienal como un modelo abierto en lo material y lo temático, con lo cual se promueve una amplitud de criterios creativos y de participación que consideran también la equidad de género”.
La académica sudamericana advierte por último que la curaduría “debe ser ejercida a partir de la observación y análisis colectivo de las prácticas artísticas, especialmente de aquellos códigos complejos que activan los imaginarios de los creadores con sus sueños y aspiraciones desde sus particulares contextos territoriales e históricos”.
Carmen Hernández es investigadora en arte latinoamericano, con experiencia curatorial y museológica; Licenciada en Artes Plásticas por la Universidad Central de Venezuela (1993) es también Doctora en Ciencias Sociales por la misma institución. Actualmente es docente de tiempo completo en la Universidad Nacional Experimental de las Artes y es coeditora del proyecto web independiente: Plataforma de Arte Contemporáneo –PAC– http://www.plataformadearte.net.ve/
Hasta enero de 2018 fue directora del Museo Universitario Jacobo Borges y encabezó la División de Conservación y Restauración de Colecciones de Arte y Mobiliario de la Asamblea Nacional de Venezuela entre 2011 y 2015; fue titular de la Dirección de Cultura de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez de Caracas en 2011 y directora general encargada del Museo de Bellas Artes un año antes.
Es autora de los libros “Desde el cuerpo: alegorías de lo femenino. Una visión del arte contemporáneo”, publicado en 2008, y de “Insubordinación: Diamela Eltit y Paz Errázuriz. Urgencia y emergencia de una nueva postura artística en el Chile Post-Golpe (1983-1994)”, en 2011, por el cual recibió el Premio AICA ese año, otorgado por la Asociación Internacional de Críticos de Arte sección Venezuela.