* Durante una mesa de análisis en la que participaron varios personajes clave que intervinieron en su creación, se hizo un reconocimiento a los aportes de este recinto para apuntalar la identidad de los bajacalifornianos.
TIJUANA, B.C (SBC).- Con un reconocimiento a los aportes a la memoria histórica de varias generaciones y a su papel en el reforzamiento de la identidad de los bajacalifornianos, se conmemoró el vigésimo aniversario del Museo de las Californias del Centro Cultural Tijuana, organismo de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México.
En la fecha exacta en que el Museo de las Californias cumplió 20 años se llevó a cabo este lunes 24 de febrero una mesa de análisis en la que tomaron parte varios de quienes participaron en el diseño, creación y apertura de este recinto que ha permitido saber a los bajacalifornianos de dónde vienen.
Con la participación del Mtro. Alfredo Álvarez Cárdenas, ex director del CECUT en cuya gestión se inauguró el Museo; el doctor Marco Antonio Samaniego López, coordinador del guion histórico; el arquitecto Juan Manuel Aguilar Freeman, quien colaboró con el Mtro. Mario Vázquez, autor de la museografía y quien consiguió las primeras piezas que alimentaron el Museo; el restaurador Hilario de Jesús Hernández Piña y la Mtra. Gloria Fernández González, quien formó parte del equipo de Comunicación y Diseño durante la preparación del recinto, se conmemoró la apertura de este espacio que ha resultado fundamental para la difusión de la historia regional.
Ante la directora general del CECUT, Dra. Vianka R. Santana, y con la conducción del historiador Carlos Alberto García, gerente de Colecciones, Registro y Conservación de la institución, el Mtro.
Álvarez Cárdenas hizo un recuento de las dificultades que enfrentó para hacer realidad un museo de esta naturaleza, tanto desde el punto de vista conceptual, en el sentido de la definición de qué tipo de recinto se buscaba crear, como desde una perspectiva práctica, dada la carencia de piezas propias y las limitaciones presupuestales para adquirirlas.
Recordó que la incorporación del historiador Samaniego López resolvió el plano conceptual, al definir que se trataría de un Museo de las Californias, es decir, de las dos Californias mexicanas y la Alta California, que durante largo tiempo también fue mexicana; esa decisión permitió dotar de identidad regional al recinto que se proyectaba construir.
La suma del maestro Mario Vázquez, “un genio de la museografía” con una habilidad extraordinaria para localizar piezas y allegarlas al Museo, permitió superar el problema que suponía la carencia de la colección que se habría de exhibir, recordó Álvarez Cárdenas, quien extendió un reconocimiento al equipo de Museografía del CECUT que participó en la primera etapa del Museo, representado por José Guadalupe Sandoval y José Gabriel Terrones, presentes en la conmemoración de los 20 años del recinto.
A su vez, Samaniego López señaló que junto con el guion histórico del Museo, las autoridades educativas de ese entonces aceptaron la propuesta de que redactara el libro de texto de tercer año de educación primaria, lo que, dijo, fue un gran acierto; al mismo tiempo, se buscó evitar algunos puntos polémicos del pasado bajacaliforniano sobre los cuales aún prevalecen los desacuerdos, no para ocultarlos, sino para privilegiar la comunicación del discurso histórico que da sustento al Museo.
Este recinto, precisó el historiador, fue en un sentido muy amplio una obra colectiva que concitó las aportaciones de muchos, no solo de quienes participaron directamente en su diseño, sino de la comunidad bajacaliforniana que allegó muchas de las piezas que todavía hoy están en exhibición.
Por su parte, el arquitecto Aguilar Freeman abordó las aportaciones que hizo el museógrafo Mario Vázquez para resolver uno de los grandes retos que afrontaba el proyecto que fue la consecución del acervo; Vázquez recorrió la península en busca de piezas clave para ilustrar la historia de la región, tarea en la que también resultó crucial la Dra. Julia Bendímez, titular en ese entonces del Centro INAH de Baja California, quien allegó piezas fundamentales para el recinto.
“El proyecto fue un catalizador de la generosidad de la gente”, reiteró Aguilar Freeman para quien el Museo de las Californias “es un referente de arraigo para los bajacalifornianos, que a partir de un recorrido por esta colección de objetos pueden decir quiénes somos”.
Al restaurador Hilario de Jesús Hernández Piña, quien colaboraba con el Mtro. Mario Vázquez y se trasladó a Tijuana para participar en el proyecto del Museo, le correspondió explicar la forma en que se intervenían las piezas seleccionadas por el museógrafo en jefe para ir conformando el discurso histórico desplegado en el recinto, mientras que la Mtra. Gloria Fernández rememoró las dificultades prácticas que hubo de resolver para hacer posible que el Museo de las Californias pudiera ser inaugurado el 24 de febrero del año 2000.