Alienta a niños huérfanos a través del arte, explica Norma Samuelson en el CECUT

* La autora presentó el libro “Una vida, un huérfano”, inspirado en la vivencia de uno de los internos de la Casa de la Esperanza de Tijuana, donde impartió clases de arte como una vía para ayudarles a lograr sus metas.

TIJUANA, B.C (SBC).- El contacto con el arte puede estimular a los jóvenes a alcanzar sus sueños, esa es la premisa que impulsa a la pintora Norma Samuelson a dedicarse al trabajo comunitario, según explicó en el Centro Cultural Tijuana, organismo de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México.

Al inaugurar el ciclo de charlas Sentido Comunitario, la artista de origen argentino radicada en California habló de su experiencia de 8 años acercando el arte a niños de una casa hogar de Tijuana, donde impartió talleres de dibujo y acuarela junto con breves clases sobre pintores universales, herramientas que Samuelson utiliza para allegar la expresión artística a estos jóvenes.

Emocionada por tener la oportunidad de dar inicio al ciclo, Samuelson expresó: “En mi trabajo como voluntaria con los niños me he sentido muy alegre de sus logros, no es fácil la vida en una institución de esa naturaleza, así que he querido iluminar un poco su paso por la casa-hogar con algo positivo, como las clases de arte”.

La autora presentó en esa ocasión el libro “Una vida, un huérfano”, basado en la vivencia de uno de los niños con los que ha trabajado: “surgió por la necesidad de plasmar visualmente el vínculo que hemos formado, la idea era trasmitir la experiencia positiva de un niño en esta casa y de sus logros, en un libro con dibujos, sin palabras”, explicó la ilustradora.

“En la clase nos enfocamos en diferentes artistas, como Basquiat, Miró, Picasso, luego de que hablamos de la técnica, la composición y un poco de la vida del artista, les doy la libertad de que se expresen con este lenguaje, ya que el arte es un medio de expresión”, continuó explicando Samuelson.

La artista relató un momento sensible de su labor como tallerista comunitaria: “Les hablé del arte japonés Kintsugi en el que se reparan piezas que se han roto uniéndolas con oro; todos somos vasijas rotas, les dije, pero no debemos esconderlo, pues con la ayuda necesaria nos podemos volver una obra de arte, entonces uno de los niños pegó un corazón con su nombre, su logro nos sorprendió y nos inspiró a todos”.

Jovenes y niños de Casa de la Esperanza de Tijuana acompañaron a su maestra en esta charla, entre ellos estuvo el actual director de esta institución, Martín Hernández Aguilar, quien habló de su experiencia con las clases de arte de Samuelson: “Ella es perfeccionista y dedicada, justo esa persona que necesitas para alentarte en la vida, pero que al mismo tiempo te brinda abrazos y mucho afecto, se identificó siempre con nosotros evitando tratarnos con lástima, dándonos herramientas para ver de otra manera la vida por medio del arte”.

“Aprendimos a proyectar los sentimientos mediante estas clases, a ver a los compañeros como parte de nuestra vida, pues el arte puede dar un significado a las personas”, afirmó Hernández quien empezó a tomar estas clases como interno de la casa-hogar y al graduarse de la universidad en Mercadotecnia decidió permanecer al frente de la institución.

“Ella es una gran voluntaria que no solo participa en el arte, algunos chicos querían ser chefs y ella invitó a una amiga dedicada a esa área a darnos talleres; aprendí de Norma varias herramientas que me han servido para trabajar con mis compañeros ahora que me debo acercar a ellos como adulto”, finalizó diciendo Martín Hernández.

Leonardo Pedro Soto Hernández, quien estuvo como interno en esta casa-hogar, fue la persona que inspiró el libro presentado por Samuelson; al igual que Hernández ha llegado a graduarse de la universidad y su vínculo con la casa-hogar es tan fuerte que ha permanecido colaborando con sus compañeros de Casa de la Esperanza de Tijuana como consejero.

ARTICULOS RELACIONADOS

Siguenos!

4,762FansMe gusta
814SeguidoresSeguir
149SuscriptoresSuscribirte

OTROS ARTICULOS