INAH, un año de restaurar los tesoros de méxico

Una de las tareas capitales que lleva a cabo el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) es la conservación del patrimonio cultural. Y durante 2018, sus especialistas se encargaron de restaurar una diversidad de bienes y elementos arquitectónicos de nuestro país, entre los que destacan el Paraguas del Museo Nacional de Antropología (MNA), la cabeza momificada de una guacamaya, así como indumentarias tradicionales y de época, pintura mural, obras de arte, acervos documentales y edificaciones prehispánicas.

Lo anterior, con la intensión de conservar en las mejores condiciones los tesoros culturales y artísticos de nuestro país para la presente y futuras generaciones.

La belleza de Ehécatl

El Adoratorio de Ehécatl, ubicado dentro la estación Pino Suárez de la Ciudad de México, fue objeto del más importante trabajo de conservación desde su apertura pública en 1969. El INAH instaló cédulas, fotografías y un videomapping que muestran a los usuarios la trascendencia histórica del monumento mexica. Los especialistas recuperaron el aspecto que debió tener este templo dedicado al dios mexica del viento, construido hacia el año 1400, bajo el gobierno del tlatoani Huitzilíhuitl.

Los colores del chamán

Otra pieza intervenida por estudiantes y profesores de la ENCRyM fue la Tabla Nierika, atribuida al artista chamán José Benítez Sánchez, en la que se aprecian coloridos elementos que forman parte de la cosmovisión wixárika. Es una de las cinco tablas huicholas elaboradas con la técnica de estambre pegado con cera de Campeche sobre un soporte de madera, que forman parte del acervo del Museo Regional de Nayarit.

La vuelta de la guacamaya

La Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM) realizó trabajos de conservación del colorido plumaje de una guacamaya bandera, momificada de manera natural en la cueva Avendaños, Chihuahua, junto con su cráneo y la amplia variedad de artefactos elaborados con fibras naturales, materiales vegetales y piel de animales, descubiertos en un contexto, posiblemente mortuorio, de dos mil años de antigüedad.

Paraguas reluciente

Restauradores del MNA intervinieron el Paraguas, fuente invertida ubicada en el patio central del recinto museístico, con lo que volvió a lucir impecable tras cuatro meses de labores de limpieza profunda con la técnica alemana ice-blaster (pellets de hielo seco aplicados con presión controlada), que permitió eliminar totalmente la suciedad y sales acumuladas durante más de medio siglo. La obra fue diseñada en 1964 por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez y es considerada un hito de la ingeniería y la arquitectura mexicana.

El cocodrilo camina de nuevo

En los talleres de la escuela también se intervino un cocodrilo (Crocodylus acutus) taxidermizado, pieza representativa de las colecciones del Museo Regional de Nayarit; tenía deterioros ocasionados por factores ambientales, envejecimiento y abrasión.

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