TIJUANA.- El personal de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana (CESPT) participó activamente en el Simulacro Estatal de Sismo 2023, un ejercicio anual diseñado para preparar a trabajadores y a usuarios que se encuentren dentro de las instalaciones del organismo, sobre las acciones que deben llevarse a cabo para enfrentar una situación de emergencia, fortaleciendo su capacidad de respuesta y seguridad.
El director de la CESPT, Víctor Daniel Amador Barragán, indicó que, con estas acciones, además de fortalecer los protocolos de actuación ante posibles sismos, se da cumplimiento de las directrices emitidas por la gobernadora Marina del Pilar Avila Olmeda, que busca fomentar en la población una cultura de prevención, autoprotección y gestión integral de riesgos.
Mencionó que siendo Baja California una zona sísmica resulta importante atender este llamado de prevención, por lo que, a las 10:00 horas las alarmas de emergencia se activaron en todos los centros de trabajo del organismo operador, donde alrededor de 1000 colaboradores, así como las y los usuarios presentes, realizaron la evacuación para dirigirse a los puntos de reunión o zonas seguras en las distintas instalaciones de Tijuana y Playas de Rosarito.
La actividad contempló líderes de grupo con brigadas exteriores, que agilizaron la evacuación y dieron indicaciones para mantener la calma y desalojar los inmuebles de manera ordenada, obedeciendo los señalamientos para lograr medir la capacidad de respuesta de las y los colaboradores y usuarios de la paraestatal, quienes realizaron la evacuación en un lapso de diez minutos.
Estas acciones se realizan en conmemoración de los 38 años del terremoto de 8.1 grados en la escala Richter que se registró en la Ciudad de México el 19 de septiembre de 1985, sin embargo, también evoca el riesgo que representa la falla de San Andrés, que sitúa a Baja California como una zona altamente sísmica, instando a la comunidad a permanecer preparada y vigilante ante este tipo de siniestros.
Finalmente, Amador Barragán recalcó que este tipo de prácticas no se limitan únicamente a entornos escolares o laborales, sino que también son fundamentales para la seguridad en la familia, por lo que es crucial establecer diálogos abiertos en el núcleo familiar, donde se definan protocolos específicos que les permitan actuar de manera segura y coordinada en caso de un movimiento telúrico.
