Podríamos decir que el tratado obregonista (lástima que Maquiavelo no lo vivió) cuya tesis principal es “Nadie aguanta un cañonazo de 50 mil pesos” tiene tanta vigencia y ha sido tan eficaz para varios Principados, que lo que sucedió hoy en el Congreso del Estado de Sonora no deja ni la menor duda.
Sin duda; también; habrá nuevos ricos; como Víctor Manuel Vázquez Romero o Mónico Soto de pasadas legislaturas; ahora lo grave es la recomposición de las fuerzas dentro del congreso, donde prácticamente esta garantizada la hegemonía del gobierno del Estado.
Lo sucedido en el congreso Sonora sería como el prólogo de lo que podría ser el régimen de lo que Morena denomina la Cuarta Transformación; este hecho tan relevante no solo pone al descubierto el falso tejido político que presumió Andrés Manuel López Obrador y Alfonso Durazo sino que deja de manifiesto (con tal contundencia) que la degradación política no puede garantizar ninguna lealtad; el “filosofo-político” huatabampense o sea Álvaro de apellido Obregón algunos los recuerdan y muy bien.
¿Tiene la culpa el Siri, Rodolfo o Filemón o la tienen quien los hizo diputados? Escribir sobre esta “traición” no tiene nombre, ni sabes cómo empezar ni como terminar; diría Miguel Ángel Haro Moreno (MHM) “si ya saben cómo me pongo pa que me invitan”.
Los bandazos son muy comunes en la degradada clase política mexicana pero en una elección tan importante como la del 2018 exigían tener los cuidados necesarios que permitieran cierta gobernabilidad de cualquier forma de gobierno, incluida la ecléctica Cuarta Transformación, porque a final de cuentas es la voluntad del soberano cuyo error histórico o acierto coyuntural es necesario en cualquier proceso dialéctico donde las masas hacen sus experiencias.
Si pensaron que los fines eran irrelevantes para sus medios y que todo era cuestión del poder por el poder; ahora los medios serán los verdaderos obstáculos para sus fines; lo que pasó con estos diputados inexpertos en política y de escasísima formación política fueron un manjar virgencito para un joven bebesuario que empezó en los movimientos estudiantiles y terminó en los sótanos del congreso local cuyo aprendizaje es todo un tratado de mañas, traiciones y simulaciones.
¿Tiene un punto de confluencia ese guacamole llamado Morena que nos permita en algo ir de la mano? Creo que sí; la abnegación y la reverencia a la voluntad del soberano deben comprometernos a que los elegidos sean cuidados y cobijados para que le den sentimiento y hecho a la aspiración del soberano, que es el pueblo.
Somos muy críticos a las alianzas pragmáticas de Morena pero no somos tan absurdos para no respetar voluntades inspiradas en el deseo de cambios y de refrescantes vientos para jóvenes, viejos, mujeres, niños y adolescentes.
Así como han movido piezas para reacomodar los liderazgos locales; algunos cuestionables por sus métodos; hoy la dirección de la alianza Juntos haremos historia deben desprenderse de Miguel Ángel Haro Moreno; esta decisión puede ocasionar la perdida de algunos diputados pero sin duda; también; el pueblo los verá con muy buenos ojos. Es hora que definan.
César del Pardo Escalante