TIJUANA.- Con el objetivo de proveer nuevas herramientas que le permita a la población varonil privada de la libertad, modificar conducta y pensamiento para el mejor desarrollo del proceso de reinserción social, la Comisión Estatal del Sistema Penitenciario de Baja California (CESISPE), a través de la Coordinación de Psicología del Centro Penitenciario de Tijuana, ofreció el programa Modificación de Conducta “Clarificación de Valores” y entregó las constancias correspondientes al grupo de participantes.
Sobre este programa, la titular de la CESISPE, Ma. Elena Andrade Ramírez, afirmó que es fundamental cuidar el bienestar integral que comprende la salud emocional, como parte de los ejes fundamentales de la reinserción social de las y los privados de la libertad, junto con la educación, deporte, trabajo y capacitación laboral tal y como lo establece la Ley Nacional de Ejecución Penal, y el ordenamiento preciso de la gobernadora Marina del Pilar Avila Olmeda, trabajar en la generación de acciones que proporcionen las condiciones para una vida digna y saludable dentro del marco de respeto absoluto a los derechos humanos.
Estableció que, a través de este tipo de programas, se busca que la población privada de la libertad logre un cambio de actitud y de mentalidad que se da con el estudio y análisis de lo que ha sido su vida, sus orígenes y comunidades, que observen su entorno desde una nueva perspectiva sustentada en valores, asertividad y principios, que les permitan diseñar nuevas metas dirigidas a lograr una sólida y efectiva reincorporación a la sociedad.
Agregó que, los temas que se abordaron fueron los relacionados con autoestima, comunicación asertiva, valores, proyecto de vida y la instrucción de los mismos estuvo a cargo del personal del Área de Psicología del Centro Penitenciario de Tijuana, así como también la entrega de las constancias al grupo de privados de la libertad participantes.
Por último, reiteró que la instancia a su cargo continuará impulsando acciones que beneficien el desarrollo, tanto físico como emocional, de la población penitenciaria, para que adquieran confianza y seguridad en todo lo que realicen, así como para cuando se genere un contacto directo con la población externa, al cumplir con su estancia y retornen a sus comunidades.