TIJUANA.- Ma. Elena Andrade Ramírez, comisionada del Sistema Penitenciario de Baja California (CESISPE), afirmó que “después de la vida el bien más preciado es la libertad”, por lo que las condiciones de existencia en los centros penitenciarios son determinantes para la percepción, formación y transformación de las personas privadas de la libertad.
Invitada especial a la firma de convenio entre el secretario del Trabajo, Alejandro Arregui; con la directora Nacional del Empleo en Baja California, Patricia Ríos López; y en representación del presidente de la Cámara de la Industria Restaurantera (CANIRAC), Dulce Aridta Cortés; la comisionada desarrolló el tema “Despresurización de los Centros Penitenciarios de Baja California”, donde destacó la profunda transformación que la Gobernadora Marina del Pilar Avila Olmeda ha venido impulsando en el Sistema Penitenciario, cuyo eje central es la dignificación de la vida con pleno respeto a los derechos humanos de las personas privadas de la libertad.
En ese contexto, enfatizó que con el traslado de 6 mil 500 personas privadas de la libertad se ha logrado una despresurización histórica, enfocada en garantizar las condiciones de vida dignas y una adecuada convivencia.
Al respecto, Andrade Ramírez señaló que cumplir la Ley Nacional de Justicia Penal ha permitido que en los Centros Penitenciarios se puedan implementar métodos modernos y procedimientos asistenciales encaminados a lograr una reinserción social eficaz.
Así, tras destacar que los ejes de la reinserción social son Educación, Salud, Deporte, Trabajo, y Capacitación para el Trabajo, la titular del Sistema Penitenciario convocó a los empresarios del sector restaurantero para que se sensibilicen con la población penitenciaria, la cual, dijo, un 80 por ciento son personas nobles en una situación adversa, pero que se han ocupado de aprovechar su tiempo en prepararse para cuando llegue su momento de reincorporarse a la sociedad.
Puso como ejemplo a Pedro Esteban Gerardo Acosta quien, después de cumplir su condena, ahora es maestro en dos universidades y está por concluir una maestría. Por lo que Andrade Ramírez señaló que al interior de los centros penitenciarios hay muchos “Pedros” formándose.
Agregó. que las personas privadas de la libertad salen con la práctica y debidamente capacitados en el trabajo de cocina que realizan como servidores al participar en la elaboración de más de 45 mil platillos diarios. Además, agregó que se integran a la sociedad con documentos que certifican su desempeño y que podrían calificarlos como chefs, dado que tienen conocimientos sobre dietas y alimentos para personas vulnerables, avalándoles una gran especialización.