Hoy me desperté leyendo la tragica noticia de Joahna Ligues, una joven de 24 años que fue asesinada a golpes 4 meses después de contraer matrimonio, su marido es considerado hasta el momento como el principal sospechoso y actualmente se encuentra prófugo.
Todo esto ocurrió la noche del pasado miércoles en el interior de la casa de esta pareja de recien casados, al parecer con más problemas de los que creían.
Con tantos casos así en el pais y su constante aparición en los medios nacionales, la muerte de mujeres a manos de sus parejas o ex parejas resulta de una naturalidad tal que pareciera que no configuran eventos extremadamente graves en la convivencia social.
Pareciera que el grado de atrocidad o tormento infringido a las mujeres define la latencia de la noticia en lo cotidiano. Parece una insensibilización ante la violencia de género, donde culpar a quien resulta agredida, decir que el agresor estaba enfermo o hizo lo que hizo por las drogas, el alcohol o alguna enfermedad o muchas otras aparentes explicaciones, perpetúan estereotipos que sostienen diferentes formas de violencias hacia las mujeres.
En este último y tragico suceso se ha hablado de una supuesta fuente que reveló que el esposo de la víctima presuntamente consumía sustancias ilícitas, motivo por el cual estaba en el interior de un anexo, aunque hace una semana salió del mismo. No hablamos de que esta informacion sea errada; sin embargo, es exhausto ver como constantemente se justifica a los agresores, cuando en ningun acto de violencia debe de existir la tolerancia.
Debemos ser tajantes frente a las formas de violencia, mostrar desacuerdo, visibilizarlas, y nunca bajar la voz cuando alguien pretenda excusar una agresión. Justicia para Joahna. ¡Ni una menos!