* La extorsión telefónica como el secuestro exprés dejan una huella profunda en las víctimas, más allá del impacto económico. La constante amenaza y el temor a que algo peor ocurra generan niveles elevados de estrés y ansiedad, afectando gravemente la salud mental de quienes lo padecen.
Semanario Balún Canán/ Playas de Rosarito, BC (SBC).- En los últimos años, México ha registrado un preocupante incremento en los delitos de extorsión telefónica y secuestro exprés. Aunque diferentes en su ejecución, ambos crímenes comparten una característica alarmante: la rapidez y facilidad con las que pueden perpetrarse, aprovechando el miedo y la vulnerabilidad de las víctimas.
Estos delitos no solo afectan directamente a las personas involucradas, sino que también impactan a sus familias y a la sociedad en general, señaló Lorena Meléndez Yáñez, presidenta de la Fundación Manos Unidas Por Rosarito A.C.
Meléndez Yáñez explicó que la extorsión telefónica es una modalidad en la que los delincuentes intimidan a las víctimas mediante una llamada, buscando obtener dinero a cambio de no cumplir amenazas, que pueden ser falsas o reales. Estas llamadas suelen basarse en la manipulación psicológica, aprovechándose del pánico momentáneo y el desconocimiento de las personas. Los extorsionadores pueden hacerse pasar por miembros de organizaciones criminales, agentes de la ley o incluso familiares de la víctima, alegando que están en peligro o secuestrados.
“En muchas ocasiones, los extorsionadores usan información básica, como el nombre, dirección o lugar de trabajo de la víctima, para hacer más creíble su historia. Estos datos suelen obtenerse de redes sociales o bases públicas, aunque en otros casos simplemente usan un guión predefinido, probando su suerte hasta encontrar una víctima que caiga bajo presión”, señaló Meléndez Yáñez.
Por otro lado, el secuestro exprés es un delito en el que los criminales privan de la libertad a una persona por un corto periodo de tiempo, exigiendo una suma de dinero que pueda pagarse rápidamente. “A menudo, las víctimas son llevadas a cajeros automáticos para retirar efectivo o se les exige a los familiares que reúnan una cantidad relativamente pequeña de dinero. La premisa del secuestro exprés es la rapidez: buscan una ganancia inmediata, evitando negociaciones largas o complicaciones legales”, añadió la presidenta.
Meléndez Yáñez destacó que tanto la extorsión telefónica como el secuestro exprés dejan una huella profunda en las víctimas, más allá del impacto económico. La constante amenaza y el temor a que algo peor ocurra generan niveles elevados de estrés y ansiedad, afectando gravemente la salud mental de quienes lo padecen. En muchos casos, las víctimas desarrollan síntomas de trastorno de estrés postraumático (TEPT), como insomnio, pesadillas, flashbacks y un miedo constante.
“Es fundamental que la población esté informada y sepa cómo reaccionar ante una llamada sospechosa. Esta es la razón por la que realizamos seminarios de prevención en escuelas y reuniones con padres de familia. Son herramientas que pueden evitar que ocurra un delito”, agregó.
Ante el aumento de las llamadas de extorsión, durante la jornada de prevención con docentes, personal administrativo y estudiantes de CECyTE BC, Primo Tapia en el municipio de Playas de Rosarito, se recomiendo mantener la calma, ya que el pánico es la principal herramienta de los extorsionadores. Colgar inmediatamente es una de las mejores formas de evitar caer en el juego del delincuente. Verificar la información antes de actuar, sobre todo en casos en los que se afirma que un ser querido está en peligro, puede marcar la diferencia entre ceder ante la presión o desenmascarar el engaño.
Personal de la Guardia Nacional explicó a los asistentes la importancia de evitar proporcionar información personal o financiera, ya que los extorsionadores tienden a usar tácticas engañosas para obtener más detalles. Los agentes hicieron un llamado a denunciar estos intentos a las autoridades ya que esto permite que la Policía Cibernética y otras unidades especializadas investiguen y rastreen las llamadas, contribuyendo a prevenir futuros casos y desmantelar las redes criminales detrás de estos actos.
El secuestro exprés, por su naturaleza violenta y rápida, requiere medidas preventivas más elaboradas, como evitar desplazarse por zonas de alto riesgo, sobre todo por la noche. No compartir rutinas ni información personal en redes sociales es clave, ya que los delincuentes suelen vigilar a sus víctimas antes de cometer el delito. Optar por transporte seguro y mantenerse alerta a comportamientos sospechosos también puede reducir significativamente el riesgo.
“La prevención de estos delitos no solo recae en las víctimas potenciales, sino también en la cooperación entre ciudadanos y autoridades. Denunciar cualquier intento de extorsión o secuestro exprés es esencial para que las autoridades puedan identificar patrones, desarticular redes criminales y proteger a la población”, afirmó Meléndez Yáñez.
Tanto la extorsión telefónica como el secuestro exprés son amenazas reales que afectan a miles de personas en México. La prevención, la calma y la denuncia son las herramientas más efectivas para enfrentar estos delitos y reducir su impacto en la sociedad. Solo a través de una ciudadanía informada y unida será posible combatir de manera efectiva este tipo de violencia, concluyó la presidenta de la Fundación.