Por:Juan A. Ojeda
Semanario Balún Canán/Tijuana, B. C.,(SBC) .- Dada la actual competencia política, ante un escenario fuerte y complicado, y por las dificultades que entraña residir en esta zona fronteriza y metropolitana, a muchos podría sorprender cómo una persona puede pasar, en una trayectoria de dos décadas, de ser trabajador y comerciante callejero hasta ocupar la Secretaría General del Ayuntamiento, el segundo cargo en importancia después de la alcaldía en el gobierno de la ciudad.
Este es el caso de José Refugio Cañada García, quien, de ocupar por tercera ocasión una regiduría, fue nombrado en dicho cargo por la Presidente Municipal Monserrat Caballero Ramírez, para que le ayude a realizar la entrega oficial de las riendas del gobierno de Tijuana al alcalde electo Ismael Burgueño.
José Cañada, nativo de la huasteca hidalguense, dijo en entrevista que, desde niño, buscó oportunidades de estudio y trabajo en diversos sitios; y para cumplir sus ilusiones y avanzar en la vida probó suerte en la Ciudad de México y finalmente llegó a Tijuana, donde -como miles de migrantes- esperaba conseguir las mejores oportunidades que le permitieran ayudar a su familia, padres y hermanos.
De trabajar en diversas tiendas de la ciudad en las áreas de frutas y verduras, en carnicería, en seguridad, donde fuera requerido; laboró varios años en mercados sobrerruedas ofreciendo alimentos como carnes y chicharrones, actividades que desarrolló a la par del activismo social en apoyo a sectores vulnerables, encabezando la lucha a favor de miles de familias que carecen de servicios en sus comunidades.
“Estoy contento y feliz con lo que he realizado”, dijo el secretario municipal, quien inició literalmente desde abajo, donde sus valores familiares le indicaban que debía aprovechar sus capacidades, liderazgo y espíritu de servicio para ayudar a los demás; y por eso, junto con otras personas, integrado al Partido del Trabajo, con el transcurso de los años desarrolló una carrera política que le ha permitido ocupar diversos cargos como funcionario, regidor, y ahora la Secretaría General de Gobierno de su municipio.
Fue su disciplina y perseverancia, dijo, y gracias al apoyo que ha recibido de su familia y compañeros de trabajo y de partido, lo que le ha permitido trabajar muy de cerca con tres alcaldes de Tijuana, como regidor municipal, primero con Jorge Aztiazarán, después con Arturo González, y ahora con Monserrat Caballero.
Obviamente, esta carrera y sus logros lo han hecho enfrentar a varios adversarios, lo mismo que ha encontrado a detractores y críticos gratuitos, lo que atribuye que se debe al desconocimiento que tienen sobre su forma de trabajar, sobre la proximidad que tiene con miles de personas que han confiado en él; porque gracias a ese trabajo social ahora pueden contar con vialidades, servicios, electricidad, agua, transporte y otros beneficios primarios.
“Me da gusto que hablen bien o mal de mí, a mis detractores los invito a que vayan con la gente, a que pregunten; yo aconsejaría a quien quiera trabajar por las familias que luchen por sus objetivos, que sean honestos, disciplinados, y sobre todo que no mientan a la ciudadanía, la gente es noble y ya no se deja engañar”, comentó.
“Solamente el pueblo decide a dónde vamos, el pueblo pone y el pueblo quita”, dijo el regidor, quien al ser cuestionado sobre sus próximos proyectos, dijo con prudencia: “Pronto me verán en otras esperas altas, ya lo verán”.