* Por Manuel Rosales Padilla
Semanario Balún Canán/ TIJUANA, B. C., (SBC).- El acto de reprobar a un alumno, si bien puede traer serias consecuencias durante la etapa de aprendizaje como la desmotivación o frustración de los mismos, también no hacerlo es permitir que un alumno pase al siguiente grado sin los conocimientos necesarios y que el aprendizaje en las etapas subsiguientes se vuelva más complicado.
Expertos en el tema educativo coinciden en que si bien es cierto que reprobar tiene un antecedente más complejo que el simple hecho de asignar una calificación insuficiente para acreditar un grado o alguna materia, tales como el entorno o factor familiar, la situación social y económica o sencillamente algunos aspectos correspondientes al área de la psicología, el hecho es que también se necesitan planes integrales aunado a la capacidad de las instituciones y sus docentes y por supuesto que una buena dosis de presupuesto.
Una actual crisis educativa como la que parece vivir en la actualidad nuestro sistema, no se detiene únicamente con la decisión de no reprobar a un alumno, tal y como fue formalizado a través del decreto supeditado por las autoridades educativas a raíz de la pandemia y que posteriormente se volvió a autorizar la reprobación cuando hubiera lugar a ella.
Varios estudios sobre el tema sugieren que la retención de un alumno en cierto grado o bien la repetición de una materia a causa de la reprobación, no conduce de manera positiva al aprendizaje en sí, ya que se trata de una medida más ineficaz de lo que puede creerse, pues no necesariamente abona al desarrollo cognitivo; sin embargo, por otro lado una aprobación automática con total impunidad en cuanto a la desmejora de adquisición de conocimientos, también presupone una cínica despreocupación en cuanto a las responsabilidades educativas por parte de quien percibe.
Por su parte, el experto en temas educativos del Centro de Enseñanza Técnica y Superior (Cetys Universidad), el doctor José Luis Bonilla Esquivel consideró que sin una figura especializada para la nivelación de alumnos irregulares, “de nada servirá ni reprobar estudiantes ni pasarlos con 6”.
Es por esa razón, argumentó, que es necesaria una formación integral y más humanista en los estudiantes, que desarrolle todas las áreas de las personas como la emocional, en lo físico, en la voluntad y en el carácter, pues “no bastará con atender lo intelectual.
Dijo que de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), los gobiernos deben elaborar políticas educativas que atiendan el retraso sufrido por los alumnos, con actividades correctivas que ayuden a afrontar las pérdidas de aprendizaje y las actividades de recuperación.
El director del Colegio de Ciencias Sociales y Humanidades del Sistema Cetys Universidad recordó que durante la pandemia, debido al atraso que se registró de manera especial en las escuelas públicas, “se buscaba no señalar a los estudiantes con bajo rendimiento porque exponías otros elementos como el lado afectivo”.
Y ello, debido a que a esa edad aún no cuentan con la suficiente madurez emocional, ante lo cual éstos, los alumnos, pueden resultar marcados psicológicamente al reprobar, y “¿qué hacemos o estamos haciendo para que logre aprender, sólo cambiando el 5 por el 6?”.
Si pasa esto -abundó el académico-, “trae huecos que no han sido sanados y seguramente estaría reprobando el siguiente año, se tiene que atender no sólo cambiando el número”.
Mencionó que el no reprobar “no es nuevo, viene antes de la pandemia”, y refirió que lo que se busca es llevar a cabo algunas de las políticas educativas que se han implementado en los países “bien posicionados”, que son en donde no existe este fenómeno educativo, el de reprobar a los alumnos.
Pero también “de nada servirá si no se atiende otra área de oportunidad clara en la educación en países en desarrollo”, adujo.
“Si queremos caminar para allá tenemos que quitar la reprobación, pero la parte con la que no nos quedamos de esos sistemas educativos es cómo funcionan para la no reprobación, ya que tienen especialistas para nivelar a los alumnos con bajo aprovechamiento”, expuso el directivo universitario.
Y añadió que la decisión de los docentes de reprobar a un estudiante “puede ser contraproducente si no se le da un seguimiento especializado que busque su nivelación, de lo contrario, que repita año afectará de la misma manera que pasarlo sin haber aprendido”.
Respecto al tema, refirió que existe esta figura especializada, y que trabaja con aquellos alumnos con bajo rendimiento por separado de los grupos o salones regulares, una vez que ha alcanzado los aprendizajes deseados este se reincorpora al grupo regular.
“Sin embargo, en México, el alumno que tiene problemas con algunas materias no tiene una figura clara que los atienda, por lo que termina repitiendo año”, manifestó el catedrático de la universidad local.