* Es momento de actuar y acelerar el proceso de declaración de áreas naturales protegidas en el río Colorado.
* Es crucial que el gobierno del estado tome medidas para proteger y preservar el caudal ambiental
Semanario Balún Canán/ TIJUANA, B. C., (SBC).- En 2014, se inició un proyecto pionero conocido como “Flujo Pulso”, que buscaba destinar parte del agua del río Colorado para fines ambientales. Sin embargo, a pesar de los avances alcanzados, el proyecto actualmente enfrenta una creciente amenaza.
El evento histórico contó con la presencia de Alejandra Cousteau, nieta del famoso explorador naturalista noruego-francés Jacques- Cousteau quien denominó al Golfo de Baja California como el “acuario del mundo”.
El director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA), José Carmelo Zavala Álvarez, resaltó que el Río Colorado es una de las cuencas hidrográficas más minuciosamente administradas por usuarios tanto de Estados Unidos como de México.
De acuerdo a diversos acuerdos establecidos, Estados Unidos entrega a México 1 millón 800 mil metros cúbicos de agua del río Colorado cada año, mientras que México proporciona a su vez 400 mil de metros cúbicos de agua del Río Bravo.
El experto ambiental destacó que, en 2014, por primera vez, se reconoció al medio ambiente como usuario del agua del Río Colorado, no sólo limitando su uso a los estados, la agricultura y las ciudades.
“Es crucial que el gobierno del estado tome medidas para proteger y preservar el caudal ambiental”, señaló en tanto que destacó que este hito fue de gran relevancia, ya que actualmente el Flujo Pulso enfrenta mayores riesgos y amenazas.
Dentro de las sugerencias que considera el ingeniero bioquímico para contribuir a la mejora del Río, destaca la creación de áreas naturales protegidas de carácter estatal similares al sitio denominado Miguel Alemán, ubicado en la zona norte de la cuenca del río Colorado, en la frontera entre Baja California y Sonora.
Actualmente, existen dos grandes polígonos en estudio avanzado para ser declarados áreas naturales protegidas: la Laguna Grande y el sitio conocido como Chausse, ubicado en la Colonia Carranza y el Ejido Plan de Ayala, en Mexicali.
Estos terrenos representan extensiones significativas y su declaración como áreas protegidas sería un paso fundamental para mantener el caudal ambiental. Cabe destacar que actualmente Baja California cuenta solo con el Arroyo San Miguel como área natural protegida de carácter estatal.
“La protección de estas áreas sería un apoyo vital para garantizar la continuidad del Flujo Pulso y evitar su desaparición ante el estrés hídrico y la sequía”, agregó.
Asimismo, reconoció que grupos ambientalistas, en colaboración con el gobierno de Baja California, han trabajado arduamente en la administración y conservación de estos espacios, pero se requiere un apoyo sólido por parte de las autoridades federales, como la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP).
“El liderazgo del gobierno de Baja California es crucial en este proceso, aunque también se debe destacar la importancia de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) en la tramitología. Es esencial que se reconozca el valor de destinar agua a la conservación sin que esto sea percibido como una competencia con la agricultura o el abastecimiento urbano”.
Reiteró que el agua destinada a estos fines ambientales es invaluable y contribuye al bienestar de las especies, la protección de los ecosistemas y la preservación de los oasis naturales.
Finamente, Zavala Álvarez dijo que “Es momento de actuar y acelerar el proceso de declaración de áreas naturales protegidas en el río Colorado” por lo que hizo énfasis en que la medida no solo brindará protección legal, sino que también servirá como argumento sólido para mantener el volumen de agua destinado a estas áreas de conservación.