* Uno de los ejemplos más comunes y aterrizados de esta dinámica al plano local, es de las tiendas de abarrotes que aún existen en las colonias; hoy en día estas, además de sostener la economía de la comunidad donde se encuentran, son envueltas, resguardadas y hasta protegidas por el resto de las personas quienes consumen.
* Es necesario que exista una comunidad simétrica y sin fracturas, así los ambientes y ecosistemas sanos se convierten en espacios óptimos para este tipo de negocios.
Semanario Balún Canán/ TIJUANA, B. C., (SBC).- Todas las empresas aspiran a ser sustentables y los cambios sociales tras la pandemia han generado ambientes propicios para que los medianos y pequeños negocios logren consolidarse, asumiendo compromiso y responsabilidad para con el medio ambiente.
El director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental A. C. (CIGA), José Carmelo Zavala Álvarez, consideró de suma importancia que las empresas tomen compromisos con la sociedad y el espacio en el que se desarrollan, ya que esta misma se convierte en un eslabón dentro de la dinámica que propicia la reciprocidad.
“Ser sustentable significa que son proyectos a largo plazo, esto solo sucede en un ambiente adecuado que contribuye a la vez a que se desarrolle el negocio. Para que la empresa florezca no se habla solamente de proporciones en macro o con economías dominantes, hoy en día también funciona de forma favorable para las pequeñas y medianas empresas” comentó.
Reiteró que este tipo de desarrollo económico no sucede en cualquier ambiente, para esto es necesario que exista una comunidad simétrica y sin fracturas, así los ambientes y ecosistemas sanos se convierten en espacios óptimos para este tipo de negocios.
La sociedad cada vez está más al pendiente del medio ambiente, esto ha contribuido a que cada vez nazcan y maduren más empresas socioambientalmente responsables, que se preocupan por su entorno y a la vez procuran el bienestar de sus colaboradores. Esto se traduce en fortalezas internas que producen bienes y servicios de calidad.
“La calidad de vida, la justicia social y ambiental van caminando de la mano a un desarrollo sustentable, equitativo y distribuidor, la palabra clave en esta nueva generación de negocios es “distribución”, en ese entorno giran las empresas de hoy en día”, detalló el ingeniero bioquímico.
La variable económica, política y social son los tres pilares en que se basa la sustentabilidad manteniendo un equilibrio dinámico con la dirección correcta. Tras la pandemia del Covid-19, el mercado vivió una adaptación ya que, con la escasez de productos provenientes de lugares lejanos, se optó por el consumo local.
“La relocalización de la proveeduría permitió conseguir proveedores locales para artículos y elementos básicos y comunes y así no tener que depender de la transportación de productos. Haciendo cadenas de valor más cortas y permitiendo un comercio local justo, digno y solidario entre productores”, destacó.
Uno de los ejemplos más comunes y aterrizados de esta dinámica al plano local, es de las tiendas de abarrotes que aún existen en las colonias; hoy en día estas, además de sostener la economía de la comunidad donde se encuentran, son envueltas, resguardadas y hasta protegidas por el resto de las personas quienes consumen, actuando así en relativa reciprocidad y manteniendo un compromiso mutuo.
Además, cabe resaltar que este tipo de economía no va sobre precios de oportunidad ya que es fuerte y sólida, es un comercio justo que no va sobre la especulación y, por ende, el que se ha ganado un lugar que puede mantener a largo plazo.
Dentro del Seminario Permanente para el Desarrollo Sustentable, organizado por la Cámara Nacional de Comercio y el CIGA y que se realiza cada miércoles a partir de la 18:00 horas, se hablará de la responsabilidad socio ambiental de las empresas, su impacto y los beneficios que se tienen a partir de ellas en la comunidad.