Anaís Madeiros presenta su libro Democracia contra las drogas

* Es un estudio comparado de la mística militar en Brasil y México

Semanario Balún Canán/ TIJUANA, B. C., (SBC).- La politóloga Anaís Madeiros Passos, académica de la Universidad de Santa Catarina, Brasil, presentó su libro «Democracia contra las drogas: La mística militar en Brasil y México», ante alumnos y docentes de Licenciatura de los Campus Altamira y Oriente de la Universidad de Tijuana CUT.

“Este libro es un estudio comparado de dos ciudades que fueron escenario de operativos militares: por un lado, Tijuana, por lo que es muy importante para mí estar aquí, y, por otro lado, la ciudad de Río de Janeiro”, expuso Anaís Madeiros al sostener que a través de este estudio se cuestionan tres aspectos fundamentales que son por qué los políticos utilizan a los militares en actividades políticas, cuáles son sus consecuencias y el resultado de estos operativos para la población en términos de Estado de Derecho y derechos humanos.

Madeiros Passos, que realiza una estancia en la Universidad de California en Riverside, Estados Unidos, mencionó que su libro es un aporte a los estudios que hablan de dos temas como la problemática de la militarización y la seguridad pública, y, por otra parte, analiza el empleo de las Fuerzas Armadas como policías, fenómeno que comparten México y Brasil.

La función principal de las Fuerzas Armadas teóricamente sería la defensa externa -de la nación que representa- con entrenamiento militar, sin embargo, “se despliegan estas fuerzas en misiones internas de seguridad pública, que no es su función principal”.

En término de democracia para el control sobre civil por parte de los militares, ni Brasil ni México son un buen ejemplo, toda vez que las decisiones no deben ser tomadas por los militares, sino por el contrario, las Fuerzas Armadas deben implementarlas y rindan cuentas de sus actividades.

Anaís Madeiros es doctora en Sociología Política Comparada por el Instituto de Estudios Políticos de París, explicó que su libro se centra en dos operativos militares. Uno es el operativo conjunto llevado a cabo en Tijuana entre 2007 y 2012, comparado con otro operativo militar realizado en las favelas de Río de Janeiro, Brasil, una ciudad muy conocida por el turismo internacional.

“Estudiar a las Fuerzas Armadas es un trabajo muy sensible por el acceso limitado a los datos”, indicó la académica al precisar que la información de los operativos militares no se conoce de manera pública, a diferencia de las toma de decisiones de los políticos; sin embargo, es importante comprender que el empleo de las Fuerzas Armadas en la seguridad pública no debe entenderse como una imposición.

“Un hallazgo del libro es justamente fruto de la negociación que hay entre la clase política desde diputados y gobernadores, con las élites militares. Ahí hay intereses de ambos”, planteó Madeiros al afirmar que mucha de la información a la que tuvo acceso fue por el trabajo de campo que tuvo que llevar a cabo con muchos actores involucrados con la política, e incluso, militares.

Mencionó que los operativos militares suelen realizarse en zonas donde la situación económica y social es vulnerable, esta condición pasiva los convierte en personas con dificultades de acceso al Estado de Derecho y les resulta difícil denunciar la violencia de la que son objeto.

El libro también analiza el contexto en el que los Gobernadores de las entidades federativas piden ayuda a las Fuerzas Armadas, que tiene ya una trayectoria histórica desde el siglo XIX tanto en México como en Brasil, la decisión de desplegar operativos militares como una última alternativa del Estado para mantener el monopolio de la violencia. “Los militares mantienen mucho poder, mucha influencia sobre las decisiones políticas y sobre el aparato de seguridad”, afirmó.

La sensación de miedo e inseguridad es un tema compartido que se registra en las ciudades de Tijuana y Río de Janeiro, “los delitos criminales pueden aumentar, pero a la sociedad -en relación a la clase media y alta- esos homicidios o crímenes patrimoniales no los ven como delitos públicos.

En el caso de Tijuana, al momento de esos operativos militares, fueron acciones que solicitó el sector empresarial “que es muy poderoso”, luego de ser víctimas de secuestros, de extorsiones, por lo que reclaman el despliegue de las Fuerzas Armadas, “hay un mística militar, un conjunto de creencias sobre la superioridad de las Fuerzas Armadas”, aseveró Anaís Madeiros.

“Hay una mitología a expectativas sobre cómo las Fuerzas Armadas van a comportarse y, al mismo tiempo, hay una imagen, no de los propios militares, de superioridad con relación a los civiles, por lo que se considera que la única solución es militarizar las calles porque son más eficientes y no se corrompen”, resaltó.

Esa idea de superioridad moral, cuando las Fuerzas Armadas hacen el rol de policía no es lo recomendable, subrayó Madeiros Pasos al reiterar que “los militares no son tomadores de decisiones legítimas de una democracia, son los que implementan las decisiones, pero también cuando actúan dentro de las fronteras, es necesario establecer una serie de mecanismos de monitoreo sobre su comportamiento y de sanción.

Héctor Sánchez

El militar en situación de retiro con 45 años de servicio en el Ejército Militar, Héctor Sánchez Gutiérrez, mencionó que este libro está bien documentado, usa una metodología histórica y de análisis de políticas públicas bajo la perspectiva de la doctrina militar y políticas de seguridad de ambos países.

“La autora hace un rápido recorrido por los orígenes del Ejército mexicano en tremendo esfuerzo por exponer y comprender la doctrina militar mexicana, su sólida institucionalidad, así como el poder que hay en nuestras Fuerzas Armadas, participando en múltiples tareas”, expuso el maestro en Administración Militar para la Seguridad y Defensa Nacional por el Colegio de Defensa Nacional.

Recordó que en México se contuvo a varios movimientos de jóvenes inconformes con la ideología política empleando las fuerzas mixtas estructuradas tanto con personal policial como militar, en un momento histórico en el que el Gobierno de Cuba era el encargado de promover este tipo de violencia, por lo que el gobierno mexicano, bajo la estrategia americana para atender estos conflictos impacta no sólo en el ámbito político sino también en el desarrollo de la sociedad.

“La aplicación de criterios jurídicos de carácter penal en su atención y en la comunicación social que mantuvo, fue informar a la sociedad de los eventos y sus resultados. Coincidentemente Brasil fue el país del sur del continente, donde también se manifestó y contuvo con sus fuerzas armadas estos movimientos”, enfatizó el maestro Héctor Sánchez al reconocer que la Anaís Madeiros describe cómo las fuerzas armadas mexicanas hoy son la institución más confiable para los mexicanos, derivado en su uso inicial para el combate a la delincuencia organizada transnacional, que por falta de voluntad política para fortalecer las políticas locales, tuvieron que continuar con la seguridad pública.

El libro también documenta con puntualidad el nacimiento de grupos delictivos en México, con un enfoque diferente a lo que manejan con ligereza algunos autores y medios. En el caso de Tijuana, tomando atinadamente esta ciudad como el caso de estudio, porque enfrenta muchas amenazas de seguridad pública y nacional, no sólo por el impacto del crimen organizado, sino por la migración tanto de connacionales como extranjeros relacionados con el trasiego de droga.

“Soy militar sin perder la objetividad y profundidad de investigación rigurosa y formal en su metodología”, reconoció el especialista en inteligencia y seguridad pública al señalar que este libro es un trabajo de análisis con alto nivel académico y un gran interés por llegar al porqué de los hechos con un pensamiento crítico, finalizó el académico.

Zulia Orozco Reynoso

La profesora-investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Autónoma de Baja California, doctora Zulia Orozco Reynoso, comentó que por toda la ciudad se desplazan convoy de los diferentes cuerpos policiacos formados por policía municipal, agentes estatales, federales y militares, por lo que el libro «Democracia contra las drogas: La mística militar en Brasil y México» es una realidad cotidiana y actual, que analiza el caso de Tijuana en el periodo de 2008 a 2010, periodo de Julián Leyzaola, y estudia también la ciudad de Río de Janeiro. Dos periodos críticos, en Tijuana, considerado la peor época de inseguridad y violencia delictiva, mientras que en Río de Janeiro se vivía la etapa de la fiesta mundialista.

Describe desde la perspectiva histórica y política cómo se van insertando las Fuerzas Armadas en el tema de la seguridad hasta el día de hoy. “Es un entretejido muy interesante que hace desde la historia, la ciencia, la política, el derecho y las relaciones internacionales”, va tejiendo lo macro desde el contexto nacional, estatal hasta llegar al local tanto en Tijuana como Ríos de Janeiros.

“Desde una forma muy sutil, pero al mismo tiempo aguda y brillante, Ana logra vincular esta pregunta que ella se hace cuál es el costo de tomar esta decisión”, sostuvo la doctora Zulia Orozco al mencionar que la autora del libro también cuestiona el tema de la participación social; en ambos casos, se aprecia que la clase media alta, encabezada por los empresarios, son quienes impulsan la militarización de la seguridad.

Recordó que, en el caso de Tijuana, entre 2008 y 2010 se registró una ola de secuestros incalculable, lo que provocó que el núcleo de empresarios con empresarios y un de la sociedad civil reclamaran a Julián Leyzaola que interviniera para acabar con esa situación de inseguridad. “Y si se pacificó por un ratito”.

En el caso de Brasil, sostuvo la investigadora Nivel I del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) fue muy distinto porque se trataba de favelas, que son barrios muy complicados donde radican familias de muy escasos recursos económicos “ahí el tema es cómo la gente de clase alta ve cómo salen de las favelas los adolescentes con armas, se acercan a las vías públicas”, y estás personas de clase alta se acercan a la autoridad para pedir no ver ese tipo de situaciones. “Lo puedo tolerar en la favela, pero en la calle no, por lo que se considera un tema de percepción”.

José María Ramos

El doctor José María Ramos García, profesor-investigador de El Colegio de la Frontera Norte, adscrito al Departamento de Administración Pública, señaló que Anaís Madeiros, en su libro, compara dos países con problemática similar en donde el tema de los homicidios es fundamental porque en ambos casos afectó la cotidianidad.

En la ciudad de Tijuana se registraron alrededor de 3 mil 500 homicidios dolosos en los primeros cinco años del periodo entre 2007 y 2012; de 2012 a 2022 fueron cerca de 20 mil los casos en la misma ciudad. “De ese nivel estamos hablando”, sostuvo el investigador al destacar que la sensación de preocupación por parte de la población, en opinión de José María Ramos, se ha normalizado entre los tijuanenses.

A pesar del nivel de inseguridad de ese lapso de diez años, otros indicadores revelan lo contrario pues en ese tiempo no se redujo el cruce fronterizo entre Tijuana y San Diego, por el contrario, se incrementó de manera notoria. La inversión del sector maquilador tampoco se redujo de manera importante, tampoco disminuyó el turismo, la conectividad de Tijuana se mantuvo tanto a nivel nacional como internacional, con un arribo al aeropuerto de entre 120 y 150 aviones comerciales todos los días.

En la actualidad Tijuana es considerada la quinta ciudad más violenta a nivel internacional con cerca de 166 homicidios por cada cien mil habitantes, y en aquel periodo de 2007 a 2012 se registraban cerca de mil 800 homicidios dolosos por cada cien mil habitantes, que “comparado con San Diego, se contaría con los dedos de la mano y allá no tienen militares, mientras que en Tijuana los seguimos teniendo”.

En este sentido, cuestionó qué es lo que se necesita hacer desde el ámbito de la política pública para lograr disminuir esta incidencia delictiva que, en apariencia, no tiene la misma problemática que se tuvo hace diez años, cuando se enfrentaba una situación seria de extorsión y secuestros.

“Los médicos se movilizaron, exigieron seguridad y se logró”, sin embargo, en los últimos diez años se ha movilizado por parte de la sociedad civil para exigir que sean menos los hechos delictivos.

Otro aporte del libro de la doctora Anaís Madeiros es un análisis de los actores, tendencias, posiciones burocráticas y el papel de las Fuerzas Armadas; y canaliza esta investigación en dos ciudades que son muy relevantes a nivel internacional porque, por ejemplo, en Río de Janeiro se ha reducido la inseguridad cerca de un 13 por ciento, no aparece dentro de las diez primeras ciudades más violentas del mundo.

Lo anterior se debe a que, en el caso de Brasil, existe un Estado de Derecho muy fuerte, una mayor profesionalización de las Fuerzas Armadas trabajando en temas de investigación y de inteligencia; existe además una política de fortalecimiento del tejido social que fomenta la prevención transversal, lo que significa una gran diferencia con Tijuana.

“Brasil no tiene una frontera con Estados Unidos que es el principal consumidor de drogas a nivel mundial”, enfatizó el investigador de El COLEF al recordar que de 2007 a 2012 la heroína y la cocaína eran las drogas de mayor demanda en Estados Unidos, mientras que el fentanilo se empezó a consumir en los últimos diez años, que es lo que consumen los vecinos del norte en la actualidad.

También recordó que hace diez años se suscribió el Acuerdo Bicentenario que supera el Plan Mérida, creado este último en la coyuntura de 2008, cuando Genaro García Luna, ahora en proceso de investigación, estaba al frente de las acciones de seguridad nacional en México y se dedujo el impacto del cártel de Tijuana, pero se fortaleció a otros grupos del crimen organizado.

Jesús Ruiz Barraza

El maestro Jesús Ruiz Barraza, Rector del Sistema CUT Universidad de Tijuana, sostuvo que la realidad entre México y Brasil es muy distinta; mientras en México mantiene gran estabilidad desde la década de los treinta, Brasil sufrió una dictadura feroz a partir de 1964 que provocó un golpe de Estado.

La similitud entre las ciudades que menciona el libro «Democracia contra las drogas: La mística militar en Brasil y México», es que Río de Janeiro es el centro turístico más importante de Brasil, y Tijuana en este momento tiene el segundo lugar de pasajero nacionales en su aeropuerto local y se ha incrementado en cuatro millones desde que se abrió la terminal binacional.

Destacó que la violencia que ha enfrentado Tijuana es producto de la relación que ciertos gobernadores establecieron con el crimen organizado. Además, concedió en opinión con el doctor Ramos en que Estados Unidos necesita mucho de la droga que cruza por las garitas locales, que utilizan para la estabilidad emocional que sufren los soldados que van a sus múltiples guerras, la requieren para poder atenderlos.

“Mientras no se baje el consumo de droga en Estados Unidos, México seguirá siendo el trampolín para que llegue más droga a territorio americano”, finalizó el Rector de CUT Universidad al hacer entrega de un reconocimiento a los comentaristas del libro «Democracia contra las drogas: La mística militar en Brasil y México», maestro Héctor Sánchez, doctora Zulia Orozco y doctor José María Ramos, mientras que a la doctora Anaís Madeiros Passos, además de entregarle su reconocimiento por compartir su experiencia y conocimiento con los estudiantes de Administración, Comercio Exterior y Legislación Aduanera, Derecho, Ingeniería Industrial y en Nutrición y Dietética, de los Campus Altamira y Oriente de Tijuana. Además, le obsequió el retrato de Aves al vuelo y Retrato de un sueño, ambos emblemáticos de la Universidad de Tijuana.

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