MEXICALI.- Dado que los profesionales de la salud se enfrentan a situaciones delicadas y de dolor emocional durante su trato con los pacientes y sus familiares, deben contar con herramientas y conocimientos para gestionar sus propias emociones ante las circunstancias desfavorables o la muerte.
Por tal motivo, en días pasados personal del Hospital Materno Infantil de Mexicali participó en una charla impartida por la pediatra y tanatóloga Alina Avendaño Mendoza, quien enfatizó que es necesario cambiar la concepción de que las personas que laboran en instituciones médicas deben bloquear sus sentimientos o emociones cuando enfrentan la muerte de un paciente o se sienten conmovidos ante el dolor de los familiares.
La muerte es parte de la vida y bajo esta premisa se debe encausar la comunicación y acompañamiento al paciente y familiares, expresó. Lamentablemente con el paso del tiempo se ha generado una idea equivocada de que el personal de salud está obligado a evitar la muerte, cuando ésta es parte de la realidad de todo ser humano.
“Lo anterior ha propiciado que algunos trabajadores quieran evitar el sentimiento de dolor y frustración que experimentan al no poder hacer más por el bienestar de sus pacientes, porque en el mismo entorno laboral se considera a la muerte como un fracaso. Habrá situaciones en los que simplemente se requiera brindar acompañamiento”, agregó.
Entender a la muerte como parte de la vida y que cada ser humano tendrá ciclos de vida diferentes es fundamental para hacer un buen trabajo en la procuración de la salud, pero sobre todo en el acompañamiento al paciente y familiares en el proceso.
Evitar el reclamo y rechazo de los familiares y de los mismos colegas es otra causa por la que el personal no desea enfrentar la muerte con herramientas que le permitan gestionar los sentimientos naturales de empatía hacia el paciente que está en situación vulnerable.
La premisa de que “no debes involucrar tus emociones”, es algo que debe cambiar porque se deja sólo al enfermo y a sus seres queridos que están atravesando un proceso al que se le añade dolor por no brindar calidez y acompañamiento en el sufrimiento emocional. Igual de delicado es la soledad en la que los profesionales de salud viven su propio duelo y buscan ocultarlo o bloquearlo.
“Nos encontramos con personal que no sabe cómo gestionar su dolor y sus emociones frente a la muerte o el deterioro de la salud de los pacientes. Y por ende no saben acompañar al enfermo, nulificando la empatía. Esta práctica va en perjuicio de la misma salud mental y emocional de los profesionales que irá en detrimento de la calidad de la atención”, expresó.
José Rojas Serrato, manifestó el reconocimiento a la ponente que es impulsora de un cambio en la formación de profesionales de la salud a los cuales exhorta constantemente a prepararse en temas de tanatología y autocuidado de la salud mental, no sólo para propio bien sino como parte de la formación para la procuración de la excelencia en la atención.
“Muchas generaciones de profesionales han sido formados para obligarse a bloquear sus emociones ante la muerte de un paciente porque se considera que la emotividad es un obstáculo para las labores, pero con esta nueva perspectiva sabemos que podemos aprender a utilizar herramientas para gestionar correctamente el duelo y ser un acompañamiento cálido no sólo para el paciente o sus familiares, sino también para el mismo equipo de trabajo”, finalizó.