Mujeres por y para el cambio, mujeres en busca de un estado igualitario en derechos y oportunidades. Esto es lo que representa el movimiento feminista, ideologia que este pasado fin de semana resonó fuerte en el Encuentro de Mujeres por la Transformación.
“Una mujer por sí sola ha demostrado que es poderosa, pero todas las mujeres juntas podemos demostrar que somos invencibles”, de esta manera dio inicio a su discurso la diputada federal, Evangelina Moreno, quien se encargó de organizar y encabezar este evento que, en lo personal, vino a mover consignas en mi que tal vez yacían un poco dormidas en mi interior los últimos meses.
Si bien es cierto que he sido fiel partidaria y una voz más en las calles gritando por justicia en las marchas del 8M, la pandemia vino a callar un poco lo que venia haciendo escandalo los ultimos años, en lo que respecta a mi camino y despertar como feminista. Darme cuenta que existen estos espacios y que cada vez son más frecuentes en la política me hizo querer no perder de vista el objetivo colectivo: luchar por nuestra plena libertad, una que no implique soportar prejuicios y que nos permita desarrollarnos sin límites de género.
“Las mujeres tenemos palabra, fuerza, convicción para seguir impulsando dignamente la 4ta transformación en México”, aseguró la diputada federal; y cuánta verdad hay en ello. En cada plática que, toda feminista entenderá, se presenta dia a dia y con más de un hombre en la discusión, podemos percatarnos, en el intento de ejemplificar los cambios, y dando un salto al pasado, que las mejoras en las oportunidades de las mujeres son abismales; sin embargo, el camino por recorrer sigue siendo largo.
Si no podemos identificar o por lo menos aceptar que aún faltan cambios por hacer como sociedad, es una bandera roja, y tal vez tendríamos que cuestionarnos si en nuestra ignorancia o en nuestro privilegio, nos estamos convirtiendo en parte del problema. Ya no es tiempo de ser ajenos. La revolución será feminista o no será.