Shanghái anunció el martes una nueva flexibilización de las restricciones anti COVID, un paso más hacia el levantamiento total del confinamiento que empezó hace dos meses.
La capital económica de China fue confinada por etapas desde finales de marzo para hacer frente a un brote en todo el país, el peor desde que comenzó la pandemia a finales de 2019.
A diferencia de muchos países, China sigue aplicando una estrategia anticovid, que implica cuarentenas y confinamientos en cuanto aparecen nuevos casos.
Tras suavizar varias restricciones en las últimas semanas, el ayuntamiento dijo el martes que los residentes en las zonas consideradas de bajo riesgo podrán circular libremente por la ciudad a partir del miércoles.
Este importante paso hacia el fin del confinamiento se aplicará a unos 22 millones de personas, declaró a la prensa Zong Ming, teniente del alcalde de Shanghái.
A partir de la medianoche del miércoles, “la ciudad entrará en la tercera fase del desconfinamiento, con una vuelta completa, pero gradual a la normalidad”, afirmó.
El cierre de la ciudad más poblada de China debilitó la economía, perjudicó la producción, limitó el consumo e interrumpió gravemente las cadenas de suministro.