Ser una persona trans es difícil en cualquier parte del mundo, pero en México puede implicar la muerte.
En 2021 México se colocó como el segundo país con más asesinatos de personas trans en el mundo (46 casos), solo superado por Brasil (92), según el monitoreo de la organización Transgender Europe. Y la violencia cotidiana contra la comunidad no es menor alarmante.
Lamentablemente según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la expectativa de vida de las personas transgénero en el país es de 35 años. Existen múltiples testimonios que nos muestran la triste realidad que sufren estas personas, por el simple hecho de ser quien son.
Laura Miranda, por mencionar alguno, es una periodista transe de 29 años que atestigua recibe entre 10 y 15 mensajes de odio. Los recados vienen acompañados con fotos de armas de fuego o, en el peor de los casos, con fotografías explícitas de cadáveres. “Cuando se vive el acoso digital, aunque parezca simplemente eso, cuando lo vives tan constantemente y con cientos de mensajes de ese tipo, es abrumador”, relata.
Por otro lado encontramos a Josef Flores, hombre trans que se enfrentó con un mundo que no le reconocía a sus cortos seis años de edad. “Unos niños me molestaban porque cómo una niña jugaba fútbol y me acuerdo que en ese entonces yo bien seguro de mí mismo, les contesté que yo era un niño, pero que el pene no me había crecido”, cuenta el psicólogo trans de 37 años. “Sabía desde bien chiquito qué era, pero no había las palabras para expresarlo”.
Ambas historias nos muestran la manera en la que estos niños no fueron aceptados y tuvieron que sufrir por el simple hecho de querer encajar en su realidad. Estas historias por más lejanas que nos parezcan forman parte de nuestra cotidianeidad y es nuestro deber concientizar el mundo en el que vivimos para no tener más personas sufriendo solo por querer ser ellos mismos.
Encontrar una identidad es difícil en cualquier circunstancia, sin embargo, el no sentirse cómodo con tu cuerpo y además ser juzgado por tu mismo entorno, multiplica las dificultades de tener un sano desarrollo cognitivo, derecho que cualquier ser humano se merece.