Este 3 de mayo festejan los trabajadores de la construcción, celebran la veneración del Día de la Santa Cruz, la festividad religiosa más importante de todo el año. A ella le encomiendan su vida que ponen en peligro a diario durante las largas y extremas jornadas laborales que requieren las obras de todo México. Sin embargo, su festividad tiene un permiso muy especial.
De acuerdo con el padre José de Jesús Aguilar, subdirector de Radio y Televisión de la Arquidiócesis Primada de México, para el Vaticano, el 3 de mayo no era una fecha adecuada para el culto a la cruz donde murió Jesús de Nazaret, ya que se juntaba con el periodo de la Pascua.
“La iglesia quitó la fiesta de la Santa Cruz del 3 de mayo porque esta fecha cae siempre en el tiempo de Pascua y no es correcto regresar nuevamente a la cruz porque se está celebrando la resurrección”.
Ante esto, las autoridades eclesiásticas instauraron otra fecha, el 14 de septiembre, para conmemorar la llamada Exaltación de la Santa Cruz.
“La fiesta de la Santa Cruz tuvo dos fechas para celebrarse una que tuvo que ver con el día en que se encontró la cruz en Jerusalén, un 3 de mayo en tiempos de Constantino, misma que fue llevada a Roma por Santa Elena. Y la otra se lleva a cabo en septiembre, cuando se logró recuperar un fragmento resguardado en la Basílica de la Santa Cruz de Jerusalén, que fue robado por un grupo de ateos”.
Aunque la tradición del 3 de mayo se suprimió en todo el mundo, México y algunos países de Latinoamérica pidieron al Papa que se celebrara en esta fecha tan especial por la relación que tenía con el mundo de la construcción.
“Cuando se encontró la verdadera cruz de Cristo, uno de los albañiles que estaban en aquel momento, había tenido un accidente y perdió la vida, pero cuando lo acercaron a la Santa Cruz esta persona resucitó”, señaló el sacerdote.
“Por esta razón, quitar la fiesta del 3 de mayo sería algo muy duro para todos los que trabajan en el sector de la construcción y el Papa concedió este permiso”.