El gobierno neerlandés reabrió hoy la embajada de Países Bajos en Kiev con un “equipo pequeño”. Fue un gesto considerado “una señal diplomática” para Ucrania.
El gobierno también confirmó que una treintena de gendarmes neerlandeses acudirán en mayo a investigar los crímenes de guerra en el país.
El ministro neerlandés de Exteriores, Wopke Hoekstra, aseguró en declaraciones a la prensa que la reapertura de la embajada en la capital ucraniana es “importante” para ambos países: debido a la “estrecha relación” de cooperación con Kiev y porque Países Bajos brinda ayuda militar y humanitaria a Ucrania, señaló.
“Nunca se está exento de riesgos, pero tomando todo en consideración creemos que esto es sensato y aceptable. Es un equipo pequeño y la seguridad se ha analizado con mucho cuidado”, agregó Hoekstra, quien habló de una “señal diplomática muy relevante” para Ucrania a la hora de explicar los motivos de la reapertura de la embajada en Kiev.
Casi dos semanas antes del inicio de la invasión rusa en Ucrania, el gobierno neerlandés urgió a sus ciudadanos a abandonar el país, al igual que la mayoría del personal de la embajada, pero puso en marcha una especie de centro temporal diplomático en Leópolis para brindar asistencia de urgencia, como visados de emergencia y salvoconductos.
Tras el estallido de la guerra el 24 de febrero, Países Bajos trasladó este servicio diplomático y consular a la ciudad polaca de Jaroslaw, cerca de la frontera ucraniana.
Pero el pasado 19 de abril, y tras casi dos meses sin presencia en el territorio ucraniano, el Gobierno neerlandés anunció el regreso a Leópolis del embajador y de parte del personal de la embajada, con el objetivo de obtener “una buena visión general de la situación” en ese país, aunque mantuvo cerrado el departamento de asistencia consular.
Hoekstra también confirmó hoy que una treintena de gendarmes neerlandeses viajarán “en la primera quincena de mayo” a Ucrania para investigar crímenes de guerra y permanecerán en el país por un periodo de dos semanas, en las cercanías de Kiev, y bajo la bandera de la Corte Penal Internacional (CPI).
No está claro en qué puntos exactos estarán los miembros de la gendarmería neerlandesa, pero el ministro no descartó que fueran a investigar también lo ocurrido en Bucha, puesto que -enfatizó- corresponde a la oficina del fiscal de la CPI, Karim Khan, decidir dónde se lleva a cabo la investigación.