Rusia estudia “sin optimismo” la respuesta de Estados Unidos a sus demandas de seguridad, en especial sobre su categórica oposición a la ampliación de la OTAN, una reacción de la que dependerá el desenlace de la actual tensión militar con Ucrania.
“No hay muchos motivos para el optimismo”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, durante su rueda de prensa diaria.
Más de un mes tardó Occidente en responder por escrito a las propuestas de garantías de seguridad que le presentó Moscú en forma de tratados vinculantes. Ahora, Moscú también se tomará su tiempo, aunque la presión diplomática sobre el Kremlin va en aumento.
En tanto, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, considera que hay una “clara posibilidad” de que Rusia invada Ucrania en febrero y se lo comunicó así a su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, durante una llamada telefónica.
También el Gobierno estadounidense instó a China a usar su “influencia” con Rusia para reducir la tensión por la crisis de Ucrania, al advertir de los “significativos” efectos negativos de un posible conflicto en la economía global.
Así lo indicó en una rueda de prensa el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, al comentar la reciente conversación entre el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, y su homólogo chino, Wang Yi.