Con el fin de hacerle frente a la variante ómicron del coronavirus que se propaga por todo Estados Unidos, el presidente Joe Biden anunció el martes que su gobierno distribuirá 500 millones de pruebas diagnósticas sin costo, aumentará el apoyo a los hospitales cuya capacidad operativa esté al límite y redoblará su campaña de vacunación y aplicación de dosis de refuerzo.
“Es lo más responsable que podemos hacer. Ómicron es grave y potencialmente mortal para aquellos que no están vacunados”
Desde la Casa Blanca, Biden detalló importantes cambios a su plan invernal contra el COVID-19, viéndose obligado por la llegada de la variante de rápida propagación, de la cual los científicos aún no conocen plenamente sus propiedades; sin embargo, su mensaje dejó claro que las personas vacunadas podrían tener festividades navideñas cercanas a lo normal, mientras que la época invernal podría ser potencialmente peligrosa para quienes no están inoculados.
Sus declaraciones, enfatizó, no son políticas. Destacó que el expresidente Donald Trump ya recibió su dosis de refuerzo, y aseguró que vacunarse es “deber patriótico” de los estadounidenses.
“Es lo más responsable que podemos hacer”, dijo el mandatario. “Ómicron es grave y potencialmente mortal para aquellos que no están vacunados”.
El brote de esta mutación del coronavirus ha obligado al gobierno federal a ser más agresivo en atender la posible oleada de infecciones, pero Biden le prometió a la agotada nación que no habrá un cierre a gran escala de escuelas o negocios.
“Sé que están cansados, sé que están frustrados. Todos queremos que todo esto acabe. Pero seguimos en esto”, comentó. “También tenemos más herramientas que antes. Estamos listos y dejaremos esto atrás”.