Actualmente, pese a que muchas personas ya están vacunadas contra el COVID-19 no pueden viajar a Estados Unidos, esto se debe a que sus inyecciones no han sido reconocidas por la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) de Estados Unidos o por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Cuando Estados Unidos levantó las restricciones a los viajes del extranjero en noviembre, requirió que los adultos que lleguen al país estuvieran plenamente inoculados con vacunas aprobadas por la FDA o la OMS.
Entre las vacunas más usadas en el mundo que no satisfacen ese criterio están la rusa Sputnik V y la china CanSino. La Sputnik V está autorizada en más de 70 países, mientras que CanSino es permitida en al menos nueve. La OMS sigue esperando más datos sobre ambas vacunas antes de emitir una decisión.
COVID-19: el riguroso proceso de vacunación
Las vacunas reconocidas por la FDA y la OMS son sometidas a un proceso riguroso de pruebas para determinar que son inocuas y eficaces.
Entre las vacunas usadas internacionalmente, los expertos advierten que algunas muy probablemente no serán reconocidas por ambas agencias.
“No todas serán evaluadas en pruebas clínicas con el rigor necesario”, explicó el doctor William Moss, director ejecutivo del Johns Hopkins International Vaccine Access Center.
Una excepción a la regla estadounidense es para las personas que recibieron una serie plena de la vacuna Novavax en un estudio amplio.
Estados Unidos está aceptando a los participantes que recibieron la vacuna, no un placebo, porque fue un estudio riguroso de una junta independiente de monitoreo.
Estados Unidos permite además el ingreso de personas que recibieron dos dosis de cualquier combinación de vacunas listadas por la FDA y la OMS.