Un tribunal federal de apelaciones de Estados Unidos suspendió este sábado la obligación de vacunar a los empleados de empresas de más de 100 personas, propinando una derrota al presidente Joe Biden en su intento de convencer a todo el país de inmunizarse contra el COVID.
La medida del presidente dispone que decenas de millones de empleados sean vacunados contra el COVID-19 antes del 4 de enero, bajo pena de tener que someterse a pruebas muy regulares.
Anunciada a mediados de septiembre, la obligatoriedad de vacunarse, que también abarca a trabajadores de la salud y empleados de contratistas de agencias federales, es una de las medidas más radicales tomadas por el gobierno de Estados Unidos en un intento por frenar una epidemia que ya ha matado a 750 mil personas en el país y está minando la recuperación económica.
Fue adoptada esta semana por el gobierno, e inmediatamente fue impugnada en los tribunales en particular por el estado de Texas, controlado por los republicanos, opuestos a toda obligación de vacunación para luchar contra la pandemia del coronavirus.
En su decisión, la Corte federal de apelaciones con competencia en ese enorme estado del sur de Estados Unidos dictaminó que los demandantes habían “dado argumentos que sugerían que existen serios problemas constitucionales y procesales” con el texto del gobierno.
Por tanto, la medida queda “suspendida” en espera de que el tribunal lo examine sobre el fondo.
“Podremos desafiar el abuso de poder inconstitucional de Biden en la corte”, comentó en Twitter el gobernador conservador de Texas, Greg Abbott, que ya prohibió la vacunación obligatoria en su territorio. Agregó que las audiencias tendrán lugar “pronto”.
Aunque sea sólo una suspensión, se trata de un gran revés para Joe Biden, quien acababa de lograr su primera gran victoria legislativa con la adopción en el Congreso, el viernes, de su plan de inversión en infraestructura.