Volcán de La Palma: Desde el espacio, captan lava que llega el mar

La erupción del volcán de La Palma deja un nuevo espectáculo visual. El camino de la lava que llega hasta el mar ha sido captado desde el espacio.

El flujo de lava del volcán en la isla española de Canarias y la cascada que cae sobre el mar han sido fotografiados por la misión Copernicus Sentinel-2 de la Agencia Espacial Europea (ESA).

La imagen fue captada ayer por el satélite y ha sido procesada en color real, usando el canal infrarrojo de onda corta para resaltar el flujo de lava, informa hoy la ESA.

En la fotografía se aprecia el curso de la lava del volcán de Cumbre Vieja y la cascada que se derrama en el océano Atlántico, extendiendo el tamaño de la costa.

El delta de lava cubría unas 20 hectáreas cuando se tomó la imagen, precisa la ESA.

La misión Sentinel-2 se basa en una constelación de dos satélites idénticos, cada uno de los cuales lleva un innovador generador de imágenes multiespectrales de alta resolución con trece bandas espectrales para supervisar los cambios en la tierra y la vegetación.

El volcán de La Palma presenta dos nuevas bocas

El volcán presenta este viernes una actividad intensa y cuenta con dos nuevas bocas de las cuales manan ríos de lava que buscan unirse a la colada primigenia en su avance hacia el mar.

Después de que en la madrugada local se abrieran estas dos nuevas bocas, separadas entre sí unos 15 metros y a 600 metros del cono principal en dirección noroeste, son ya cuatro los centros emisores de lava del Cumbre Vieja en su decimotercer día de erupción.

Según los expertos, las nuevas coladas, continuamente monotorizadas y que avanzan por una topografía favorable, buscan unirse a la primera surgida de la erupción, la cual, tras atravesar una carretera, prosigue su evolución a cotas inferiores.

Además, la caída de magma al mar ha generado un frente de delta lávico (“fajana”) que está ahora a más de 475 metros de la línea de costa, alcanza una profundidad de 30 metros y ocupa ya una superficie de 27.7 hectáreas.

La nube formada por el contacto de la lava con el agua del océano y que puede contener gases tóxicos, el llamado “penacho marino”, se concentra en la zona de conexión, de acuerdo al Instituto Geográfico Nacional de España.

Mientras tanto, en el valle de Aridane, la zona de La Palma más próxima a la erupción, la calidad del aire se encuentra dentro de los límites saludables, aunque, cuanto más cerca de la zona de la erupción, los parámetros se alteran, por lo que se ha establecido una zona de exclusión de un mínimo de 2.5 kilómetros.

Y es que la tasa de emisión de dióxido de azufre es de 8 mil 700 toneladas diarias.

También la Unidad Militar de Emergencias (UME, grupo de las Fuerzas Armadas españolas encargado de intervenir en casos de catástrofe, calamidades o riesgos graves, entre otros) ha detectado picos puntuales en determinadas zonas en la que los que la calidad del aire sobrepasa los niveles exigidos, sin que de momento haya riesgo para la salud de la población.

Este viernes, la columna de cenizas y gases ha alcanzado los 6 mil metros de altura, sin que se descarte que pueda afectar también a la parte norte de La Palma y que llegue ceniza fina a la isla de El Hierro, también en el archipiélago de las Canarias, por un cambio en las condiciones del viento.

En estos 13 días desde que comenzara la erupción el 19 de septiembre pasado, el volcán ha emitido 80 millones de metros cúbicos de material, alternando la actividad estromboliana (mayores fases explosivas y de lanzamiento de material volcánico) con la actividad efusiva, en la que emerge mayor cantidad de material magmático.

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