En un céntrico barrio de Ciudad de México, un hombre ofrece certificados falsos de vacunación contra el COVID-19 a quienes lo requieren para viajar al exterior, asegurando que el engaño pasará inadvertido para las autoridades.
“Si lo vacunaron con las chinas, aquí se la cambiamos por Pfizer o Sputnik V”
El chanchullo es el más novedoso “servicio” disponible en Santo Domingo, un concurrido sector del Centro Histórico conocido desde siempre por sus imprentas, escribanos y falsificadores.
Al menú de actas de nacimiento, licencias de conducir, títulos profesionales o pasaportes apócrifos se añadió hace pocos días el de certificados de vacunación contra el coronavirus.
Los clientes suelen ser viajeros cuyo esquema de inmunización está incompleto o receptores de vacunas no admitidas en el país que quieren visitar.
“Si lo vacunaron con las chinas, aquí se la cambiamos por Pfizer o Sputnik V”, dice Cris, un hombre de unos 50 años, según se constató en un recorrido por la zona.
“Aquí viene gente que sólo tiene una vacuna o necesita cambiarla por otra. En dos horas tiene su documento”
Sin inmutarse por la presencia de algunos policías, Cris detalla a los interesados su tarifa, que va de mil 100 a dos mil pesos.
“En dos horas tiene su documento”, promete el vendedor, quien usa una mascarilla azul que le cubre medio rostro.
La Secretaría de Salud anunció recientemente que los vacunados pueden descargar gratuitamente, a través de una web oficial, su certificado de inmunización, útil para viajar al extranjero y otras gestiones.
“Aquí viene gente que sólo tiene una vacuna (de dos) o necesita cambiarla por otra”, explica Cris.
En México, de los 126 millones de habitantes 21.3 millones recibieron esquema completo de vacunación, según datos oficiales al 15 de julio. Las marcas que se aplican son Pfizer, AstraZeneca, Sinovac, Sputnik V, Cansino y Janssen.