Un avión C-130 de la fuerza aérea filipina que transportaba tropas se estrelló en una provincia sureña cuando intentaba aterrizar. Al menos 29 militares murieron y por lo menos 50 fueron rescatados del fuselaje en llamas, según las autoridades.
Las labores de rescate seguían en marcha, indicó el secretario de Defensa, Delfin Lorenzana. En la aeronave viajaban 92 personas, incluidos tres pilotos y cinco tripulantes. El resto eran personal militar. Los pilotos sobrevivieron, aunque con lesiones graves, y al menos cuatro aldeanos que estaban en tierra resultaron heridos, según las autoridades.
El avión C-130 Hercules de Lockheed fue uno de los dos antiguos aviones de la Fuerza Aérea estadounidense entregados el año pasado a Filipinas como asistencia militar. Se estrelló en el aterrizaje poco antes del mediodía del domingo en el poblado de Bangkal, en la localidad montañosa de Patikul, en la provincia de Sulu, dijo el general Cirilito Sobejana, jefe del Estado Mayor.
El avión transportaba tropas, muchas de las cuales habían recibido sólo un entrenamiento básico, desde la ciudad sureña de Cagayan de Oro, dijo Sobejana. Las fuerzas del gobierno combaten desde hace décadas a milicianos del grupo Abu Sayyaf en la provincia de Sulu, de mayoría musulmana. En un primer momento no estaba claro qué había provocado el siniestro.
“Es muy desafortunado”, dijo Sobejana a la prensa. “El avión se pasó la pista y trataba de recuperar impulso, pero no lo logró y se estrelló”.
Al menos 50 personas que iban a bordo fueron trasladadas a un hospital, y las tropas en el lugar trataban de rescatar a los demás, según fuentes militares.
“Según los testigos, se vio a varios soldados saltando de la aeronave antes de que golpeara la tierra, lo que les libró de la explosión provocada por el choque”, indicó un comunicado militar.
El centro de Filipinas ha registrado lluvias, pero no estaba claro si eso había afectado a la región de Sulu. El aeropuerto de la localidad principal de Sulu, Jolo, se encuentra a unos pocos kilómetros (millas) de una zona montañosa donde las tropas combaten contra Abu Sayyaf. Algunos milicianos se han declarado como seguidores del grupo extremista Estado Islámico.
Estados Unidos y Filipinas consideran a Abu Sayyaf como organización terrorista por ataques con bombas, secuestros por dinero y decapitaciones. El grupo se ha visto muy debilitado por años de ofensivas del gobierno, pero sigue siendo una amenaza.