Los legisladores de Hungría aprobaron el martes una ley que prohíbe compartir con menores de edad cualquier contenido que muestre homosexualidad o reasignación sexual, una medida que según sus partidarios podría ayudar a combatir la pederastia, pero que los defensores de los derechos humanos denunciaron como discriminatoria hacia la comunidad LGBT.
El partido conservador Fidesz, del primer ministro húngaro Viktor Orban, introdujo la iniciativa de ley, que representa el intento más reciente de limitar los derechos de hombres homosexuales, lesbianas, bisexuales y personas transgénero en este país de la Unión Europea.
La Asamblea Nacional de Hungría aprobó la ley con 157 votos a favor y uno en contra. Fidesz cuenta con la mayoría parlamentaria y los legisladores del partido de derecha Jobbik también apoyaron la medida. Un solo legislador independiente del país ubicado en el centro de Europa votó en contra.
El secretario de gobierno de Fidesz, Csaba Domotor, dijo que el objetivo de la ley es “la protección de los niños”, y recalcó que los cambios incluyen la introducción de un registro de pederastas condenados.
“Los pederastas ya no podrán esconderse. Hay soluciones similares en otros países. El código penal será incluso más estricto. Los castigos serán más severos. Nadie puede cometer atrocidades con sanciones ligeras y libertad condicional”, comentó.
El resto de los partidos de la oposición boicotearon la votación en señal de protesta. Los grupos defensores de derechos humanos habían denunciado enérgicamente la iniciativa, alegando que era incorrecto relacionar a las personas LGBT con la pederastia. Argumentaron que la ley podría usarse para estigmatizar y acosar a residentes por su orientación sexual o su identidad de género.
“En este día vergonzoso, el lugar de la oposición no está en el Parlamento, sino en las calles”, escribió en Facebook el alcalde de Budapest Gergely Karácsony.
Anteriormente, el gobierno de Orban ha tratado de mostrar a los migrantes como una amenaza grave para Hungría y la identidad cristiana de la nación, un asunto que el primer ministro ha aprovechado exitosamente para ganar elecciones previas.
Con las próximas elecciones programadas para 2022 y menos migrantes llegando a Europa, el partido gobernante ha retratado cada vez más al movimiento de los derechos LGBT como una amenaza, en un intento por complacer a su base conservadora de votantes.