El primer ministro británico, Boris Johnson, aplazó este lunes en cuatro semanas el levantamiento de las últimas restricciones contra el COVID-19 en Inglaterra, con la esperanza de frenar el rápido auge de la variante Delta completando su exitosa campaña de vacunación.
“Creo que es sensato esperar un poco más”, afirmó en rueda de prensa, al anunciar la “muy difícil decisión” de posponer el desconfinamiento total del 21 de junio al 19 de julio.
Enfrentado a una mutación mucho más contagiosa del coronavirus, detectada en el sur de Inglaterra a finales de año e identificada después como Alfa por la Organización Mundial de la Salud (OMS), su gobierno impuso un estricto confinamiento a principios de enero que empezó a levantar muy gradualmente a finales de marzo.
Poco a poco fueron reabriendo escuelas, comercios no esenciales, terrazas, cines, museos y restaurantes, devolviendo a los británicos parte de su libertad.
El gobierno redujo de cuatro a tres el nivel de alerta, en una escala de cinco, gracias a la disminución del número de casos y la presión sobre los hospitales: actualmente hay unas mil personas ingresadas con COVID-19 en un país de 66 millones de habitantes.
Solo faltaba permitir la reapertura de discotecas y otros locales de ocio nocturno con la posibilidad de bailar o tomarse una copa en la barra, grandes eventos como los conciertos multitudinarios y el fin del teletrabajo.
Pero la variante Delta, originalmente identificada en India, vino a interponerse en la hoja de ruta.
Entre 40% y 80% más contagiosa que la Alfa, es ahora responsable del 96% de los nuevos casos en el Reino Unido, país más castigado de Europa por la pandemia, con casi 128.000 muertos. Y ha llevado los contagios diarios de 2 mil a 7 mil en poco tiempo.
Sin tomar medidas, defendió el primer ministro, podría provocar también una disparada de las hospitalizaciones.
El ocio nocturno en Inglaterra, devastado
El retraso deberá ser sometido a la aprobación del Parlamento y amenaza con enfurecer a buena parte de los diputados del Partido Conservador de Johnson.
Supone además un enorme revés para muchos negocios que esperaban una reapertura completa al principio del verano para compensar las pérdidas sufridas con los tres confinamientos impuestos desde marzo de 2020.
“Las empresas de ocio nocturno han esperado pacientemente para reabrir durante más de 15 meses, muchas no han sobrevivido, algunas están al borde del abismo financiero y se han perdido cientos de miles de puestos de trabajo”, denunció Michael Kill, presidente de la Night Time Industry Association.
La federación británica de hostelería cifró por su parte en 3 mil millones de libras (4 mil 200 millones de dólares) la pérdida de ingresos para el sector con el mes de retraso.
Y el célebre compositor Andrew Lloyd Webber, cuyos musicales como “Cats” y “El fantasma de la ópera” han cosechado grandes éxitos en Londres y Nueva York, ya advirtió que tiene la intención de reabrir su teatro para estrenar “Cenicienta”, aunque tenga que arriesgarse a ir a la cárcel.