* La autora comentará a distancia este viernes 11 de junio “El invencible verano de Liliana”, en el que reconstruye el personaje de su hermana y la tortuosa relación que mantuvo con quien a la postre se convirtió en su verdugo.
Semanario Balún Canán/ TIJUANA, B. C., (SBC).- En momentos en que crece la ola de indignación por el incontenible número de feminicidios que registra el país, aparece en el firmamento editorial un libro que documenta un caso que exhibe en toda su irracionalidad el comportamiento atroz que acaba con la vida de una mujer.
“El invencible verano de Liliana” de Cristina Rivera Garza es, para ponerlo en palabras del título de un clásico latinoamericano, la crónica de una muerte anunciada, no porque una venganza soterrada y largo tiempo fraguada mueva en secreto los resortes de una trama compleja y remota que termina en la mano homicida, sino porque desde la primera línea la escritora anuncia el contenido de su libro con estas palabras : “El 16 de julio de 1990, Liliana Rivera Garza, mi hermana, fue víctima de un feminicidio”.
Publicado 30 años después del terrible suceso, tiempo en el que según narra la autora hubo de vencer una serie de impedimentos emocionales autoimpuestos para no hurgar en una herida jamás cauterizada, ni en ella ni en su familia, el libro finalmente ha salido a la luz y será presentado en una sesión a distancia organizada por el Centro Cultural Tijuana, institución de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México.
La cita es este viernes 11 de junio, en punto de las 18:00 horas (tiempo del Pacífico), durante una sesión que será transmitida por redes sociales del Cecut, en el marco de la campaña nacional Contigo en la Distancia.
“El invencible verano de Liliana” es un libro “que honra la memoria de Liliana Rivera Garza, hermana de la autora, quien fue asesinada por ser mujer y querer vivir lejos de quien decía amarla, su pareja. Era una muchacha de 20 años, estudiante de arquitectura. Tenía años tratando de terminar su relación con un novio de la preparatoria que insistía en no dejarla ir”, señala el texto promocional del volumen.
De naturaleza eminentemente testimonial, el libro exigió de su autora una minuciosa investigación para reconstruir el personaje de su hermana y la tortuosa relación que mantuvo con quien a la postre fue su verdugo, auxiliada tanto en cartas y documentos personales en los que ella exponía sus planes de viajar y proseguir sus estudios de posgrado, como por las entrevistas y conversaciones sostenidas por Cristina con amigos y compañeros de la universidad de Liliana.
Con todo ese material, fermentado en el hervor lento de la memoria y los recuerdos compartidos con la familia, Cristina Rivera Garza ha debido vencer la pena y el dolor inconmensurables que supone la pérdida de su hermana y contener la ira por el sinsentido de su asesinato a manos de quien alguna vez dijo amarla, para poder escribir las páginas de este libro que da cuenta de un feminicidio, aun antes de que esa palabra se volviera de uso común para referirse al hecho brutal que troncha la vida de, en este caso, una joven mujer.
Cristina Rivera Garza, narradora y poetisa, estudió Sociología en la UNAM, y maestría y doctorado en Historia Latinoamericana en la Universidad de Houston, Texas. Ha sido profesora en la UNAM, la Universidad Autónoma del Estado de México, San Diego State University, la Universidad de Pauw y el ITESM campus Toluca, donde también es codirectora de la Cátedra de Humanidades.
Becaria del Centro Mexicano de Escritores en el área de narrativa, del FONCA en novela y poesía, y del Centro de Estudios México-Estados Unidos, la autora ha recibido, entre otros, los premios Nacional de Novela José Rubén Romero y el Sor Juana Inés de la Cruz (1997) por su libro “Nadie me verá llorar”, el Juan Vicente Melo (2001) por “Ningún reloj cuenta esto” y, de nuevo, el Sor Juana Inés de la Cruz (2009) por “La muerte me da”.