Shinpei Takeda invita a conocer una retrospectiva de su obra en el CECUT

*  Su exposición Fantasía Moral aborda experiencias traumáticas causadas por la violencia y el desplazamiento, que el artista visual y cineasta transmuta en arte instalación; la muestra estará disponible en la Sala 2 de El Cubo, tras su inauguración este viernes 4 de junio.

Semanario Balún Canán/ TIJUANA, B. C., (SBC).- Autodefinido como “ciudadano del mundo” más que como artista japonés, Shinpei Takeda reflexionó sobre algunos pormenores de su exposición Fantasía Moral, retrospectiva de sus últimos diez años como artista visual que alude a la violencia, la imaginación y la visión estética como vehículo de expresión.

A unos días de que su exposición sea inaugurada en la Sala 2 de la galería El Cubo del Centro Cultural Tijuana, institución de la Secretaría de Cultura, Takeda pausó el montaje de sus obras para invitar al público a conocer esta propuesta artística en la que lo visual evoca ciertos principios muy valiosos para el autor.

Al hablar de estos conceptos que subyacen en el título Fantasía Moral, el artista visual y cineasta aseguró: “Tiene mucho significado para mí la parte moral, que es la propuesta de cómo quiero, como artista, como humano, que sea el mundo y para hacer una propuesta, necesitamos imaginación de calidad, responsable; esa es la fantasía”.

Sobre el carácter retrospectivo de la muestra dijo que “hace 10 años, muchos de mis trabajos partían de las entrevistas que hice a sobrevivientes de la bomba atómica en Hiroshima, entonces leí al filósofo alemán Günther Anders y su intercambio de cartas con Claude Eatherly, el piloto que soltó la bomba atómica en Japón”.

En esa correspondencia Anders compelía al piloto a reflexionar sobre sus acciones: “Tienes que entender la magnitud de lo que has hecho y balancear esto con tu facultad de imaginar de manera muy amplia este hecho”, recordó Takeda.

Impactado aún por la reciente muerte en Tijuana del chef Taro Yoshida, registrada el mismo día en que el artista regresaba de Alemania, donde reside parte del año, Takeda reflexionó: “Tenemos que pensar en lo que pasa cuando mueren 70 mil personas, pero también cuando muere una sola persona, un japonés aquí en Tijuana, y cuando mueren también mexicanos”.

“La idea de estas obras es alertar sobre la violencia y mostrar cómo la enfrentamos, de dónde viene”, dijo el también académico y documentalista en alusión al trabajo que podrá ver el público en su exposición y cuya curaduría está a cargo del brasileño Raphael Fonseca.

“Cada quien tiene su fantasía moral y creo que puedes llegar a otro tipo de mundo, esa es mi propuesta”, sentenció el artista.

Takeda considera que su actual proyecto expositivo expresa al mismo tiempo “un sentido del espacio, que es también lo que ofrezco en esta exhibición, así como la forma de relacionarse con el espacio y con la Tierra”, simbolizada en las enormes y complejas urdimbres que pueblan la sala.

Con una variada oferta de arte-instalación que recurre a la combinación creativa de diversas técnicas y géneros artísticos, como el video, la escultura, el dibujo y el textil, Takeda ha abordado diversas experiencias traumáticas causadas por la violencia y los desplazamientos humanos de la última década.

Según anticipó el artista, en Fantasía Moral incluirá “piezas nuevas que trabajé con gente de Teotitlán del Valle, en Oaxaca, hechas con técnicas de tapetes tejidos”, entre ellas, una pieza monumental titulada Decaimiento Beta, que “ofrece tres dimensiones, y está hecha básicamente de urdimbres con un tramado horizontal”.

“Son historias [anudadas], memorias congeladas de cómo enfrentamos el proceso de la violencia”, aseveró el artista.

Al hablar de Decaimiento Alfa, otra de las piezas clave de su propuesta, Takeda advirtió que, en principio, produce una sensación inversiva por abarcar el piso, las paredes y el techo de una pequeña instalación en la que el público podrá transitar, “quiero que la pueda mirar muy de cerca, y dar oportunidad de reflexionar y fantasear sobre su propia fantasía moral”.

Otro trabajo destacado de esta exposición es Ghost Magnet Roach Motel, una pieza documental, filmada a manera de detrás de cámaras del grupo de punk homónimo, que conformaban Daniel Ruanova, Julio Orozco, Tony Cozano, Brian Sweda y el propio Takeda.

Finalmente, el artista visual afirmó ser un “artista tijuaneado”, en el sentido de que “la ciudad de Tijuana entera ha sido mi escuela de arte” y tal vez sea la parte más importante de la exposición.

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