El gobierno del presidente Joe Biden puso fin el martes a una política migratoria implementada por el exmandatario Donald Trump que obligaba a los solicitantes de asilo a esperar en México sus audiencias en los tribunales de inmigración estadounidenses.
Un memorándum de siete páginas del secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, representó el fin de los “Protocolos de Protección al Migrante”, con los cuales unos 70 mil solicitantes de asilo fueron enviados de regreso a México desde enero de 2019 y hasta que la práctica fue suspendida por Biden en su primer día como presidente dos años después.
El anuncio parecía una conclusión inevitable después de que Biden prometió durante su campaña que iba a eliminar la política, conocida de manera informal como “Quédate en México”, pero dejó abierta la posibilidad de mantenerla luego de que ordenó una revisión antes de ponerle fin permanentemente.
Mayorkas dijo que mantener la política intacta o modificarla “no sería compatible con la visión y los valores de este gobierno, y sería un mal uso de los recursos del Departamento”. Afirmó que los costos superarían con creces los beneficios.
La implementación de la política coincidió con una fuerte disminución en las llegadas de solicitantes de asilo a la frontera, pero los críticos señalaron que la gente se vio afectada por las violentas condiciones en México, la falta de acceso a abogados y la dificultad para llegar a los tribunales. Mayorkas reconoció esas inquietudes apuntando el alto índice de solicitudes rechazadas por no presentarse ante los tribunales y la falta de vivienda, ingresos y seguridad en México.
Desde el 19 de febrero, unas 11 mil 200 personas con casos activos han podido regresar a Estados Unidos para esperar la resolución de sus casos, un proceso que puede tardar años en las saturadas cortes de inmigración. El gobierno aún debe decidir si decenas de miles de casos adicionales que fueron desestimados o rechazados recibirán otra oportunidad.